Una de cada tres intervenciones que realizaron el año pasado los profesionales del Sepei estuvo motivada por un incendio. A lo largo de todo el ejercicio actuaron en un total de 1.407 avisos y, de ellos, 471 tuvieron como protagonista al fuego, lo que representa el 33%
Lo primero, en una emergencia, es actuar para atajarla, para que genere los menores daños posibles y, a partir de ahí, se analizan las posibles causas. Es lo que se ha hecho desde el Servicio de Prevención y Extinción de Incendios provincial, dependiente de la Diputación de Albacete, y entre las conclusiones hay alguna que llama la atención. Una de ellas es que el 12% de los incendios en los que se intervino desde el Sepei fueron intencionados. En concreto, y según recoge la memoria de este servicio, en 57 de ellos no fue la casualidad, ni la mala fortuna o un accidente quien generó el siniestro, sino la pretensión firme de provocar un daño.
Es más, dejando de lado aquellos fuegos en los que no se pudo determinar una causa clara de su origen (algo que ocurrió en 243 de las 471 intervenciones por las llamas), la provocación fue la principal causa en 2018.

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