El cultivo de ajo se duplica y Albacete lidera su producción

M.M.B.
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Agricultores de la vecina provincia de Cuenca alquilan fincas albacetenses de riego para cultivar esta hortaliza, de la que se sembraron esta campaña 9.500 hectáreas

El cultivo de ajo se duplica y Albacete lidera su producción - Foto: Rubén Serrallé

Si una tormenta torrencial de última hora no lo impide, esta campaña de ajo puede ser especialmente buena en Albacete que con sus 9.500 hectáreas de cultivo sembradas este año es la provincia con más ajo del país. Agricultura estima que solo en Albacete habrá una cosecha de 110 millones de kilos de ajo cortado. España registró el año pasado un récord de producción con más de 250 millones de kilos y 26.000 hectáreas de ajos sembrados.

«Las expectativas de cosecha por precio y calidad para esta campaña son buenas», augura el coordinador provincial de Agricultura, Juan Francisco Sánchez. En los almacenes apenas quedan existencias de ajo de la campaña pasada y las previsiones de exportación son halagüeñas. España produce más ajo del que consume y debe comercializar fuera la mayor parte de su producción. 

La cosecha del ajo sprint, que se recoge un mes antes que el morado, casi ha terminado y se está pagando a entre 0,80 y 0,85 euros el kilo, un precio «aceptable», opina el coordinador. 

La comercialización de esta hortaliza es muy sensible respecto a lo que suceda en China, que con solo el 52% de la superficie cultivada de ajo del mundo consigue el 79% de la producción mundial. Hablamos de toneladas, otra cosa distinta es la calidad. El ajo siempre ha estado aquí, es un cultivo tradicional de la provincia, pero ha pasado de ser una ocupación casi familiar a adoptar un formato extensivo. «Antes se veían pocas fincas de 200 o 300 hectáreas de ajo, ahora sí que las hay, rinde menos la hectárea y hay que abarcar más», apunta Julio Bacete, presidente de la Mesa Nacional del Ajo. Esta es solo una de las razones que explican el aumento paulatino del ajo en los últimos 15 años, hasta llegar a duplicarse en hectáreas y producción.

Los buenos resultados de las últimas campañas y las tasas de cobertura del seguro que amortiguan los riesgos a asumir, también justificarían el crecimiento especialmente intenso de este cultivo en los últimos tres años. «Es un cultivo rentable y bastante mecanizado», argumenta Bacete, eso no significa que sea fácil, «también necesita mucha mano de obra y exige conocer bien el oficio, más de un agricultor se ha arruinado con el ajo». 

 

JORNALES EN EL PUNTO DE MIRA. La campaña del ajo se saca adelante gracias a los temporeros extranjeros, rumanos y subsaharianos, sobre todo, que acuden a la provincia atraídos por los jornales disponibles. La entrada de mafias, que se quedan con parte del jornal que cobran los trabajadores, dando lugar a situaciones de abuso laboral, obliga a las autoridades a intervenir. 

Desde la Inspección de Trabajo se ha aconsejado a los agricultores que no acudan a intermediarios para contratar jornaleros, sino que busquen la mano de obra a través del Servicio Público de Empleo. Otra opción es buscar parte de los jornaleros que se necesitan a través de Empresas de Trabajo Temporal (ETT), pero no el total de la plantilla. O contratar a una empresa de servicios.

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