La cumbre es el camino. Alejandro, José Urbano y Jesús son tres jóvenes albacetenses más, con sus filias y sus fobias, con sus familias, con sus amigos, con su trabajo y con sus aficiones. Están perfectamente integrados en nuestra sociedad, por lo que podrían pasar desapercibidos en la vida cotidiana, ser uno más. Sin embargo, son tres personas excepcionales que vivieron hace casi un año una experiencia extraordinaria que, seguramente, la gran mayoría de los mortales no podamos vivir nunca. Se fueron a hacer senderismo por el Himalaya, hasta el campamento de base del Everest, el techo del mundo. Hasta aquí la historia no se sale de los sueños que pueda tener un joven con ganas de aventura.
La excepcionalidad de esta vivencia es que Alejandro, José Urbano y Jesús viven con una discapacidad, lo que no les impidió llegar al campo base del Everest junto a la expedición del montañero vasco Alex Txikon en pleno invierno. Estos jóvenes demostraron a los que nos consideramos capacitados que el techo de cada uno reside en nuestro interior. En la presentación en Abycine del documental El techo es el camino, de Álvaro Sanz Alonso, que cuenta la experiencia de estos jóvenes, se puso de manifiesto que la discapacidad no es un obstáculo para que la persona pueda alcanzar sus metas, sino una excusa que nos ponemos todos cada día cuando nos levantamos por la mañana. El documental está lleno de humanidad, tanto de estos jóvenes, como de los cuatro monitores que dejaron su vida en Albacete, incluso con problemas familiares graves, para que José Urbano, Alejandro y Jesús demostraran al mundo que los retos hay que afrontarlos, nunca esquivarlos, por muchas limitaciones que existan.