Una provincia muy explosiva

J.G.
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El Equipo de Búsqueda y Localización de Artefactos Explosivos de la Comandancia albacetense está compuesto por cuatro especialistas que cada año encuentran una decena de materiales explosivos

Un agente de la Guardia Civil con unos cohetes granífugos que se utilizaban para evitar tormentas. - Foto: Guardia Civil

Actualmente el Equipo de Búsqueda y Localización de Artefactos Explosivos (EBYL) de la Comandancia de la Guardia Civil de Albacete está compuesto por cuatro especialistas, también denominados Tebil, concretamente un cabo primero y tres guardias civiles. Por regla general, el Equipo EBYL de la Guardia Civil de Albacete, suele realizar una media de entre ocho y 10 actuaciones anuales, la mayoría de ellas por hallazgo de materiales explosivos.

En Albacete y su provincia, según explica el interventor de Armas y Explosivos de la Comandancia de Albacete, el capitán José Antonio Valcárcel Sánchez, los hallazgos más comunes suelen ser de cohetes o torpedos antigranizo o granífugos, pólvora para recarga de munición, munición metálica o de guerra, pistones, cartuchos de  caza, y en menor medida granadas de mortero, granadas de mano (tipo piña), proyectiles de artillería, dinamita encartuchada, detonadores pirotécnicos y mecha lenta.

Aunque muchos de estos artefactos son muy antiguos, el capitán Valcárcel recuerda que siguen siendo peligrosos. «Recordar que estos explosivos, a pesar de que muchos de ellos tienen una antigüedad aproximada de entre 30 y 60 años y a simple vista parecen inofensivos, por el contrario son extremadamente peligrosos debido a que la carga explosiva que contienen (generalmente cloratita), muy inestable a  una incorrecta manipulación».

Y es que muchos de los explosivos que encuentran los profesionales del EBYL son de la Guerra Civil, como explica el capitán Valcárcel. «Evidentemente, el conflicto armado de la Guerra Civil Española dejo enterrados u ocultos muchos vestigios, tanto armas como explosivos, que suelen aparecer cuando se realizan tareas de limpieza en fincas, casas de campo, excavaciones de terrenos o bien suelen 'florecer' al encontrarse muchos de ellos enterrados». La mayoría de hallazgos de armas y explosivos suele ser de manera casual y son localizados por los ciudadanos durante la práctica de alguna actividad deportiva como el senderismo. También es habitual que los encuentren los agricultores, pastores y particulares que realizan labores de limpieza o reparaciones de viviendas antiguas, pajares o plantas altas de casas (cámaras).  Además se han localizado en escombreras, zonas derruidas de antiguas edificaciones o durante los movimientos de tierras realizados por labores agrícolas.

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