Un centenar de nuevas familias acceden al Punto de Encuentro

T.R
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Este recurso cerró sus puertas el pasado 13 de marzo tras decretarse el estado de alarma por el coronavirus y retomó su actividad presencial hace una semana

Imagen de archivo de un menor durante una visita supervisada en el Punto de Encuentro Familiar. - Foto: Rubén Serrallé

El estado de alarma decretado que llevó al confinamiento de toda la población obligó a cerrar algunos centros asistenciales fundamentales. Ese fue el caso del Punto de Encuentro Familiar (PEF), una especie de casa neutral y acogedora con personal especializado que facilita el encuentro del menor con el progenitor que no tiene su custodia y con otros miembros de la familia biológica con los que no se relaciona habitualmente.

Tras cerrar sus puertas el pasado día 13 de marzo, este centro volvió a retomar su actividad hace apenas una semana el pasado día 4 de junio, casi tres meses después. Mientras ha permanecido cerrado no ha habido atención presencial, pero sí telefónica para atender las dudas, preguntas y cuestiones que han planteado familias, abogados, y otros especialistas.

Las familias con las que se interviene en este recurso son remitidos al mismo a través de los juzgados o por el Servicio de Familia de la Delegación Provincial de Bienestar Social, con el fin de cumplir con el régimen de visitas, en aquellos casos en los que las relaciones son conflictivas, garantizando el derecho de los menores a relacionarse con ambos progenitores y con su familia extensa.

Durante el pasado año 2019, según la memoria de este servicio, un total de 99 familias se dieron de alta de nuevo en este dispositivo, un recurso dependiente de la Delegación Provincial de Bienestar Social que se creó en el 2003 y de cuya gestión se ocupa la Asociación de Mediación e Intervención Familiar. De ellas, la mayoría, en concreto, 82 llegaron a este recurso derivadas desde los juzgados, mientras que 18 lo hicieron a través de la Delegación Provincial.

La media de casos activos al mes durante el pasado ejercicio fue de 121, siendo el total de usuarios que pasaron por este recurso de 726, de los que 436 son adultos y 290 menores de edad. Asimismo, al cierre del año se habían producido 93 bajas de familias, 33 de las cuales lograron normalizar sus relaciones de pareja y las visitas con los hijos.

Siguiendo la tendencia de otros años, en el 50% de los casos que se derivaron al PEF se había interpuesto una denuncia por violencia de género.

Según cada caso el PEF se utiliza sólo como punto de entrega y recogida de los niños o como lugar donde transcurre toda la visita. En concreto, el 52% de los casos atendidos el pasado año correspondió al modelo de visita supervisada, con un total de 1.810 registradas. Se trata principalmente de parejas que por su complicada separación por sentencia judicial desarrollan íntegramente su régimen de visitas en este punto, siendo cada sesión de una hora de duración. El 48% restante fueron entregas y recogidas de menores en este espacio (1.660 en concreto).

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