La fuerza del Júcar

Ana Martínez
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La Recueja está enclavada en uno de los entornos naturales más bellos de la provincia y presume de ser un municipio ideal para el teletrabajo

Vista general que ofrece La Recueja, ubicada en uno de los márgenes de la hoz del río Júcar. - Foto: Rubén Serrallé

Rodeada de un paisaje natural de extraordinaria belleza, presidido por la hoz del río Júcar, La Recueja está ubicada en el noreste de la provincia de Albacete y forma parte de la comarca de La Manchuela.

Llama la atención poderosamente el silencio que reina en este municipio, interrumpido por el relajante sonido de las aguas de un río que divide en dos una localidad que, desde la alta planicie, presenta un enclave único muy similar a Alcalá del Júcar.

La Recueja es uno de esos pueblos ideales para vivir durante todo el año, no solo porque ofrece todos los servicios básicos que una persona o familia pueda necesitar, sino porque se encuentra a escasa media hora de la capital. Y así lo hace cada día Llanos Haya López, trabajadora de los servicios sociales en Albacete que mantiene su residencia en esta localidad, porque, dice, su prioridad es mantener la calidad de vida que le ofrece su pueblo y, por qué no decirlo, también es la alcaldesa del mismo.

«Estoy feliz en mi trabajo, me gusta mucho, pero donde realmente soy feliz es en mi pueblo, donde todos los días puedo pasear por el campo, charlar con los vecinos y respirar la paz que me transmite el río».

Es el Júcar, precisamente, el principal generador de riqueza de La Recueja. Sobre sus aguas discurre un tramo de pesca que cuenta con numerosos aficionados a este deporte que capturan, mayoritariamente, barbos. Docenas de gansos y patos que disfrutan del caudal se ha convertido en toda una atracción turística, sobre todo cuando nacen sus pollinos. «Los fines de semana podemos ver a muchas familias que vienen a propósito a ver las crías con sus bolsas llenas de pan duro», afirma Llanos Haya.

El río llegó a quedar huérfanos de estos patos y gansos salvajes, pero a partir de una pareja que depositaron en una de sus orillas, «se han reproducido rápidamente», cuenta la alcaldesa de La Recueja, que comenta que estos anátidas son alimentados por un vecino y controlados por toda la población, dado que así «evitan que hagan daño a los cultivos».

Al igual que otras localidades cercanas, en La Recueja predomina la agricultura y ganadería como medio de subsistencia, fundamentalmente la vid y el cereal y según su regidora, trabajo «hay», sobre todo para aquellas familias y personas que busquen la tranquilidad y puedan desempeñar sus empleos a través del teletrabajo: «Tenemos línea de internet de alta velocidad y ya estamos instalando la fibra óptica», avanza orgullosa una recuejana que enumera también todos los servicios de los que dispone el municipio, desde consultorio médico hasta dos tiendas de alimentación, servicio de taxi y bancario y panadería.

Lo que no tiene La Recueja es colegio, lo cerraron hace tres años ante la falta de niños y por ello en estos momentos dos escolares van en taxi cada día hasta el CRA de Jorquera. Pero Llanos no pierde la esperanza, ella misma acaba de ser madre de su primer hijo y «hay otros dos en camino».

La plaza principal de La Recueja está presidida por una pequeña fuente y la Casa Consistorial. Enfrente, la iglesia parroquial de San José, aunque el patrón de la localidad es San Mateo, que se celebra el 21 de septiembre y en cuyo honor se enciende una hoguera en la plaza. También San Isidro Labrador, el 15 de mayo, se celebra con una procesión en la que bailan manchegas y se camina en romería hasta la ermita para pasar el día. Sin que falte ningún año la hoguera de San Antón, jornadas en la que se hacen los hachos, una tradición heredada de padres a hijos que consiste en fabricar una antorcha con la que se hacen aros de fuego en un corro.

La alcaldesa de La Recueja admite que este municipio ribereño carece de monumentos y patrimonio histórico como Alcalá del Júcar o Jorquera que lo haga singular, sin embargo, «contamos con la fuerza del río y para nosotros es suficiente». Por eso anima a cuantos lean este reportaje a visitar La Recueja para descubrir un entorno natural único, una tranquilidad que es imposible disfrutar en las grandes ciudades y unos huertos y un campo que dan unos productos con sabores de la tierra. Incluso, «invito a las familias que vengan a conocernos y si se animan, se queden a vivir aquí».