Hay vida en el Albacete, vencedor en El Toralín ante la Ponferradina, que todavía soñaba con llegar a puestos de play off. No caía en su feudo el combo berciano desde el 1 de noviembre. 13 partidos encadenó sin derrotas hasta que el Albacete le castigó en un partido agónico jugado bajo un intenso calor, un alivio en todo caso para el equipo en el que se estrenaba como entrenador Fran Noguerol. Ahora el equipo se queda a cinco puntos de los puestos de permanencia y con cuatro partidos por jugar, dos salidas a Almería y Las Palmas y un par de duelos en casa contra Lugo y, el cierre, ante el Fuenlabrada.
El Albacete fue de menos a más porque no acabó de estar cómodo en la primera parte y se hizo fuerte en el final del partido. Generó peligro en la meta de la Ponferradina sobre todo a través de acciones a balón parado, pero no acabó de tener el control de un partido del que quiso sujetar las riendas a base de rebajar el ritmo que le proponía el rival. Se ajustó el Albacete bajo un dibujo armado en torno a tres centrales, con Benito y Caballo en los flancos y Álvaro Jiménez y Álvaro Peña intentando doblarles, pero también apoyar por dentro a Jean Jules y Dani Torres.

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