«Vivimos mucho en la superficie»

Ana Martínez
-

Remedios Plaza es la nueva presidenta de la ONG Maná Ayuda al Desarrollo

Remedios Plaza. - Foto: Rubén Serrallé

Su relación con Maná, una organización no gubernamental que trabaja desde Albacete la ayuda al desarrollo, se inició hace dos décadas, tras su regreso como cooperante en Perú, donde Remedios Plaza Blázquez viajó de forma independiente para colaborar en un orfanato, aunque poco después se alojó en una zona de hospitalización vacía de un centro de salud de los suburbios de Lima, donde ejerció como enfermera. Veinte años después y de una forma natural, Remedios Plaza ha pasado a ocupar la presidencia de Maná en una nueva junta directiva en la que estará acompañada por Mari Carmen García en la vicepresidencia, Alfonso José Alfaro en la secretaría, Laura Castillejo en la tesorería y por Carmen Ramírez, Isabel Sánchez y Francisco Javier López como vocales.

¿Cómo se inició su relación con la organización no gubernamental Maná?

Se inició cuando regresé de Perú. Me planteé hacer algo desde España. Sabía que desde aquí se pueden hacer muchas cosas, como así ha sido y es. Empecé a colaborar con Maná como voluntaria, hicimos un grupo de amigos y aquí seguimos.

¿Por qué Maná y no otra ONG con todas las que hay en Albacete?

Porque el perfil del voluntariado encajaba en mis ideales. Para empezar, el cien por cien de las personas que estamos en Maná somos voluntarias. Cuando yo viajé a Perú lo hice de forma independiente, sin ninguna ONG ni entidad de apoyo. Entonces había un boom en la cooperación internacional y había gente que incluso se lo planteó como una experiencia de vacaciones. Esa época fue compleja, pero yo tenía la inquietud de ser cooperante y así lo hice, aunque sin depender de alguien. Al volver encontré en Maná los objetivos y fines en los que yo creía, esa idea de que con cosas pequeñas y sencillas también se puede hacer mucho.

¿Y cuál es esa filosofía de Maná que tanto la atrapó?

Para mí, lo más importante en Maná es el empeño por sensibilizar sobre la existencia de otras realidades y potenciar la solidaridad, algo que se comenta mucho de boquilla, pero con pocos hechos reales. Como ya he comentado, una de las características fundamentales de esta ONG es que está formada exclusivamente por voluntarios. Trabajamos por nuestros objetivos buscando la eficiencia y uniendo en nuestras acciones la recaudación de fondos para ayuda al desarrollo con la sensibilización. Lo que quiere Maná es contribuir a hacer de nuestro planeta un mundo más justo y solidario, donde todos disfrutemos de similares condiciones de vida y conozcamos y respetemos a los demás.

¿Ytienen voluntarios suficientes como para repartir el trabajo que siempre supone una ONG?

El tema del voluntariado es difícil, porque el compromiso de la gente es muy efímero, algo que no solo le pasa a Maná, sino a todas las ONG que se han visto resentidas en este sentido. El voluntariado está en crisis, el compromiso de los jóvenes es pasajero, muy breve, incluso con sus amistades. Vivimos mucho en la superficie y con nuestro ombligo en primer plano. No nos damos cuenta de que hemos nacido en Albacete de casualidad, si hubiésemos nacido, por ejemplo, en un país en conflicto bélico nuestra vida no sería la misma. Tenemos que concienciarnos de que la gente no elige dónde nacer. Esa individualidad se ha agravado ahora con la pandemia, donde la gente solo está pendiente de su propio cuerpo, no se da cuenta de que esto es un problema mundial. La gente se preocupaba porque en Navidad no podía juntarse con sus familiares, cuando hay miles de personas en el mundo que lo están pasando mucho peor.

¿Cómo es la política de financiación de los proyectos de Maná?

En Maná tratamos de cumplir nuestros objetivos con la menor cantidad de gasto económico y la mayor eficiencia posible. Para nosotros es importante conocer de cerca el contacto de la zona con el que vamos a trabajar. Pedir subvenciones públicas exige una cantidad de burocracia tremenda, algo que no se entiende en los países donde trabajamos, donde no existen empresas con un CIF que puedan hacerte la factura que te pide la institución pública española para justificar el gasto. 2020 ha sido un año de barbecho, no hemos pedido subvenciones, porque las cosas que se solicitan aquí se hacen desde la realidad española y no de los países donde actuamos. La gente tiene otras urgencias, otras necesidades, como para ponerse a rellenar papeles y documentación. Al final lo consigues, pero resulta muy tedioso, es costosísimo, así que nuestra alternativa es recaudar los donativos para un proyecto concreto y mandarlos directamente a la entidad o persona que trabaja sobre el terreno. Para que esto funcione y para tener la garantía de que hasta esa zona llega el cien por cien de lo recaudado y se emplea en el proyecto escogido, en Maná siempre nos aseguramos de que existan todas las garantías posibles. Siempre trabajamos con mucha precaución para evitar problemas con el destino de las donaciones. 

(Más información en la edición impresa)