Antígona, la última danza de Víctor Ullate

EFE
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El coreógrafo se retira después de interpretar esta obra, tras más de 40 años en el mundo del baile

Antígona, la última danza de Víctor Ullate - Foto: Jero Morales

Antígona, una de las mayores tragedias de Sófocles, llega al Festival de Teatro de Mérida de la mano de Víctor Ullate, con la que pone fin a su carrera como coreógrafo, tal como ha anunciado hoy arropado por su hijo Josué y la bailarina internacional Lucía Lacarra, protagonistas de esta versión libre sobre la conciencia y la obediencia.

"Es una Antígona con mucha fuerza y diferente a las que se han visto en el Teatro Romano de Mérida", ha dicho Ullate, especialmente porque no hay constancia de que esta obra haya sido representada con el formato de la danza.

Acompañado también por el director del festival emeritense, Jesús Cimarro, y el director artístico, Eduardo Lao, Ullate ha presentado en rueda de prensa esta apuesta escénica, de "gran fuerza y belleza tanto visual como emocional", y que estará en Mérida del 19 al 21 de julio, ha apuntado Cimarro.

"No ha sido fácil, pero hemos disfrutado mucho" con esta compleja adaptación de Antígona a la danza, ha dicho el coreógrafo, quien ha revelado que llegó a poner en duda el poder terminar esta obra tras el infarto sufrido hace poco más de un mes.

"Pero estoy aquí, en Mérida, donde tenía muchas ganas de hacer algo" y donde pone fin a su trabajo como coreógrafo "después de toda la vida dedicada a la danza". "Mi adiós es aquí y me retiro a vivir a Villanueva de la Vera (Cáceres)", ha afirmado.

Sobre esta complejidad de adaptación de 'Antígona' a la danza se ha referido Eduardo Lao, quien considera que se trata de un texto "complejo y lleno de sutilezas". "Llevarlo a la danza y con la lógica ausencia de la palabra ha sido difícil", ha incidido.

A juicio de Ullate, el reto se ha conseguido. "En los ensayos he llorado de emoción", ha reconocido el bailarín zaragozano.

Antígona encarna el conflicto entre la conciencia y la obediencia. Es la historia de la hija del Rey Edipo, una joven que decide enterrar a su hermano, muerto en batalla por el control de Tebas.

Antígona, la última danza de Víctor Ullate

Ella, "una mujer valiente y de principios", tal como la ha definido Lucía Lacarra, realiza las honras fúnebres al cadáver, pese a que el nuevo rey (Creonte) ha ordenado no hacerlo. "Es ese rigor intransigente con el que actúa, convencida de que está haciendo lo correcto, lo que convierte a Antígona en una de las figuras teatrales más famosas de la historia", ha dicho Cimarro.

Para Lucía Lacarra, que da vida a Antígona -a excepción del último día en el que el papel lo interpretará la también bailarina Laura Rosillo-, "lo que alimenta el arte es el proceso de creación".

Hemón, prometido de Antígona, es Josué Ullate, para quien el poder estar en Mérida es " el sueño de cualquier artista".

Antígona,  representada por primera vez en el año 441 antes de Cristo, se muestra ahora en esta coproducción del Festival de Mérida y el Víctor Ullate Ballet como una obra actual e impactante que deja en evidencia la atemporalidad de la naturaleza humana, que habla sobre sentimientos tan antiguos como la humanidad misma.

"Principalmente inspirados por el conflicto de cada figura, confiamos en el poder de la danza que, como ninguna otra forma de arte, permite abrir la entrada a las esferas de las emociones universales", ha explicado Ullate.

Más allá de la obra, el coreógrafo ha asegurado desconocer cuál será el futuro de su compañía, fundada en 1988 y que cuenta con una larga y prolífica trayectoria como primera compañía privada española de nivel internacional.

Esta compañía, que además cuenta con escuela propia, cantera de futuros profesionales, se incorporó en 2017 al del marco jurídico y legal de la Fundación Víctor Ullate, creada en 2000 con el objeto social de difundir y preservar la danza como uno de los valores fundamentales del patrimonio cultural.

Sin embargo, los problemas económicos de la compañía ponen en el aire su continuidad. Aunque la Comunidad Autónoma de Madrid ha apoyado a la compañía, Ullate entiende que no es suficiente y considera que el Ministerio de Cultura  y los patrocinios privados deberían respaldarla.

De hecho, Cimarro, como presidente de la Academia de las Artes Escénicas, ha tendido su mano para ayudar y mediar por la continuidad de la compañía.