En la lucha por la igualdad de las mujeres y contra la violencia de género la Junta ha elegido como armas el teatro histórico o los libros infantiles. Con fondos del Pacto de Estado se van a financiar dos iniciativas culturales. Uno será el de las 'estanterías violetas mini', que estará financiado con 172.000 euros para llevar lotes de libros infantiles «como herramienta para trabajar la igualdad» a las bibliotecas  de Castilla-La Mancha. Otro de los proyectos será una gira de la obra 'Francisca', que cuenta la historia de la primera mujer que consiguió una sentencia de divorcio en el XVIII por los malos tratos que recibía. Se harán veinte representaciones hasta final del año con un presupuesto de 127.000 euros. 

La consejera de Educación y la de Igualdad han presentado hoy estos dos proyectos. Y además los mostraron, pues llevaron los libros que repartirán a las bibliotecas, con títulos como '¡Las chicas jugamos a todo!', 'Luchadoras', 'Troglodita' o 'Antiespejito, guía para ser una antiprincesa'. También mostraron una pincelada de la obra de teatro, pues se representaron dos escenas en la Consejería de Educación. 

En una de ellas una vecina se acerca a la pared de la casa de Francisca de Pedraza, tras oír golpes. Aunque la protagonista acaba diciendo que «no pasa nada, son riñas de enamorados», la vecina le contesta «que esto ha sido así siempre y pasará», a lo que Francisca se pregunta con incertidumbre y miedo si realmente pasará. En otra de las escenas dos monjas dudan sobre si Francisca debe volver con su marido maltratador. «Que lo deje pasar por esta vez, una no más», apunta una de ellas.

Teatro histórico y libros infantiles por la igualdad - Foto: Javier PozoFrancisca de Pedraza consiguió esa sentencia de divorcio porque su marido llegó a pegarle de tal forma que incluso le provocó un aborto en la calle. La ciudad de Alcalá de Henares llegó a apoyar su causa y el rector de la Universidad finalmente dictó una sentencia a su favor. 

Aunque su historia es muy dura,  la directora Fredeswinda Gijón señala que la obra de teatro no lo es. «La pueden ver los niños, es un canto a la vida», explica. «Estamos aostumbrados a contar las cosas desde un dolor que, como no conocemos, nos cuesta empatizar, ¿pero y si la contamos desde la fortaleza?»,  plantea. Esta obra de teatro pasó la criba del Festival de Almagro, donde fue un éxito.