Llegó a Albacete en 2007 por motivos laborales. Dedicado al teatro y a los títeres, Facundo Castelli Bernardo vino de su Argentina natal con una afición muy arraigada: el ajedrez, deporte que empezó a practicar con apenas cinco años de edad gracias a su padre. Su relación con esta disciplina ha sufrido sus altibajos, con temporadas de mucho juego, otras de inactividad total, lo mismo que le ocurrió con las competiciones en las que ha participado. En los primeros años de residencia en Albacete, Facundo Castelli no tocó una sola pieza, hasta que un día de Feria se pasó por el centro sociocultural del Ensanche para asistir al tradicional Torneo de Ajedrez, donde conoció a Manuel Sáez y José María Simón, este último presidente de la Federación de Ajedrez de Castilla-La Mancha. A partir de ahí retomó su pasión por el ajedrez y surgió su relación con esta entidad, de la que es presidente desde enero de este mismo año.

¿Cómo empieza su relación con el ajedrez?

Empezó en mi casa, con mi padre, como un juego de muñequitos en el que, poco a poco, se fueron introduciendo los movimientos. Éramos cinco hermanos y había pique entre nosotros. El ajedrez fue muy constructivo en nuestra relación. Luego continué aprendiendo y jugando en el colegio. 

¿Qué significa el ajedrez para Facundo Castelli?

El ajedrez es un deporte que está catalogado como tal. El cerebro es un músculo y hay que ejercitarlo. Por eso viene muy bien para la gente mayor, tenemos que ejercitar la cabeza y está comprobado que el ajedrez es un buen remedio para mantener la memoria, prevenir o retrasar el alzheimer… Es una herramienta extraordinaria en todos los niveles de la vida. La competición exige mucho, exige estudiar, estar al día con las últimas novedades… Hay más libros escritos sobre ajedrez que sobre otras carreras universitarias. Un ajedrecista tarda más en llegar a ser Gran Maestro que una persona titulad en Medicina. En la región tenemos maestros FIDE, grandes maestros y un maestro internacional que está en Ciudad Real. Hay que trabajar para subir el techo de Castilla-La Mancha en el ajedrez competitivo puro y duro, y eso supone trabajo, trabajo y trabajo, es como la alta competición, como los deportistas de élite.

¿Existe un ajedrez social?

Esta es la parte que más me interesa. Yo vivo en Valdeganga y allí un antiguo maestro, que ahora tiene 90 años, enseñaba a los alumnos a jugar al ajedrez en los ratos libres. De esto hace muchos años, pero hoy hay una base, personas con 50 años que saben jugar y que retoman esta afición. Tenemos que promover el ajedrez como una alternativa divertida y entretenida, quitando la parte competitiva, porque si te metes en esta el ajedrez te absorbe. Si bien es un juego que tiene tres resultados posibles, ganar, perder o quedar en tablas, cuando se compite y pierdes duermes con la partida en la cabeza, analizando dónde te has podido equivocar, dónde has errado...

Desde hace años se viene reivindicando la presencia del ajedrez en el currículo de la escuela. ¿Cómo podría beneficiar al alumnado la incorporación del ajedrez como una asignatura, al menos, optativa?

Es una cuestión de tiempo que el ajedrez entre en el currículo lectivo de las escuelas. Ya está dentro como actividad extraescolar, pero estoy convencido de que entrará dentro de la programación curricular, porque los beneficios son infinitos: aprendes cálculo, entrena la memoria, incentiva la concentración, aprendes a tomar decisiones, saber en qué momento puedes arriesgar, en cuál no, hacernos cargo de lo que hemos decidido, saber que nuestras decisiones tienen consecuencias… El ajedrez es un aprendizaje para la vida y tarde o temprano entrará en las escuelas. El problema del ajedrez federativo es la competencia y para entrar en la educación reglada tenemos que eliminar esa parte competitiva y coger exclusivamente los beneficios que tiene el ajedrez para el cálculo, la memoria, para ejercitar el cerebro... Desde la Federación tenemos que ser capaces de mostrar el ajedrez como algo enriquecedor, quitarle hierro a la competición y que ganar o perder no sea lo importante.

(Más información en la edición impresa).