La Junta prevé aumentar sus partidas dedicadas a Sanidad, incluyendo el grueso que se destina al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), en un uno por ciento anual hasta 2025. Así se recoge en el borrador del nuevo Plan de Salud de la región, que acaba de someterse a información pública para posibles alegaciones a través del tablón de anuncios electrónico de la Administración regional, en la web www.jccm.es.
Esta previsión se recoge en las últimas páginas del Plan, relativas a su impacto económico. Si se toma como base el total de fondos asignados a Sescam y otros servicios de la Consejería de Sanidad en los presupuestos de este año, unos 3.023 millones de euros, esto daría para los siguientes cinco años un incremento total de unos 145,18 millones de euros si el documento se aprueba en 2020 con esta premisa. Esto se distribuiría a razón de 30,23 millones de euros más en 2021, 30,53 millones en 2022, 30.83 millones en 2023, 31,14 millones en 2024 y 31,45 millones en 2025, último año previsto de vigencia del Plan.
Más fondos, pero con contención del gasto.
El documento prevé que estas necesidades de fondos se financiarán con cargo a los presupuestos generales de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, sin financiación suplementaria, y se ajustarán anualmente a cada ejercicio presupuestario que sea aprobado en Consejo de Gobierno.
Aún así, el Plan señala que el aumento de las partidas sanitarias irá acompañado de medidas de contención del gasto. Se señala que el desarrollo y cumplimiento del Plan representará una reducción de costes directos (coste-efectividad) e indirectos, por la reducción de gastos de hospitalización, farmacia, dependencia, pérdida de productividad, y otros factores aminorados.
Se consideran, además, como herramientas estratégicas de mejora de salud y contención del gasto la colaboración interinstitucional e intersectorial, la cultura de gestión por procesos y la participación, la evaluación del impacto en salud de los proyectos, la integración de servicios y modelos innovadores de gestión de procesos complejos, el uso y consumo racional de medicamentos y servicios sanitarios y la mejora de la calidad.
El nuevo Plan de Salud pretende avanzar, según se destaca en su borrador, en eficiencia del sistema de salud, accesibilidad, equidad y participación, así como en el carácter integral de la atención. «Las mejoras de la organización y gestión que se requieren para ello en muchos casos se podrán conseguir mediante recursos internos y no se generará un sobrecoste adicional», se estima en el documento. En particular, en el caso de los recursos humanos, la puesta en marcha de gran número de actuaciones y algunas mejoras progresivas en ámbitos deficitarios puede ser asumida por la estructura actual mediante la adecuada priorización y reasignación de funciones. Por otra parte, el Plan prevé que, a medio plazo, el desarrollo de los planes específicos de Atención a Crónicos, de Atención Sociosanitaria, de Atención a la Salud Mental y de Atención Primaria pueda implicar notables ahorros en el ámbito de la hospitalización, ya que promueven alternativas mucho más eficientes y técnicamente más adecuadas.