La cara oculta del español

EFE
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La Fundéu reúne un millar de curiosidades lingüísticas sobre el castellano en 'listículos', una fórmula sencilla y amena que agrupa las palabras de 10 en 10 para llamar la atención

La cara oculta del español - Foto: Natalie_

Diez palabras del español que provienen del alemán, del caló o del vasco; 10 términos que acaban de llegar al diccionario académico; 10 anglicismos innecesarios del mundo del cine; 10 errores ortográficos que cometemos con frecuencia; 10 claves para usar adecuadamente los emojis... Todas esas listas y muchas más forman el nuevo libro de la Fundación del Español Urgente (Fundéu), 1001 curiosidades, palabras y expresiones del español.

El auge de los artículos en forma de listas está asociado a internet y a los formatos digitales, en los que ha demostrado ser una fórmula sencilla, amena y capaz de atraer la atención de los lectores. ¿Quién no ha leído alguna vez textos del tipo «Siete cosas que debes hacer en...», «12 recetas para el nuevo año» o «10 planes perfectos para hacer con amigos en septiembre»? Tanto, que ha dado lugar al neologismo inglés listicle (de list y article), que en español puede adaptarse como listículo.

La Fundéu, cuyo principal objetivo es impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación, empezó hace ya tiempo a publicar artículos con ese formato en su blog sobre el idioma: «10 palabras que están cambiando nuestro mundo» o «10 bulos lingüísticos que conviene desterrar». Pero ahora ha creado y reunido 100 listículos que abarcan aspectos muy diversos del español: muchos de ellos están relacionados con el léxico («10 palabras que cambian de significado según su género» o «10 palabras caníbales que arrasan en su entorno»), pero también con la gramática («10 concordancias que dan mucho que pensar»), la ortografía («10 puntualizaciones sobre el punto») y hasta con la música, el medioambiente o los insultos («10 palabras con las que insultarnos y sus múltiples sinónimos»).

Como señala el periodista Mario Tascón en el prólogo de la obra, a la que define como «un catálogo algo azaroso y desordenado de listículos», «en un mundo caótico y volátil, como el que nos rodea, las listas sirven para hacer comprensible lo infinito y crear un orden. Son, al fin y al cabo, un intento de organizar lo incomprensible». Ahí reside, señala, el poder persuasivo de las listas, que no es ni mucho menos nuevo.

En el mismo prólogo se recuerda que «no en vano el propio Dios nos entregó la que quizás sea una de las listas más famosas con sus mandamientos». O, en un ejemplo histórico, aunque más de andar por casa, se mencionan las antiguas declaraciones de los escribas egipcios que listaban lo que contenían los graneros reales, pero también de los motivos por los que algunos trabajadores del valle de los Reyes, en el 1250 a.C., no habían acudido a su puesto, entre ellos que ese día estaban fabricando cerveza o recogiendo piedra para el escriba.

Este formato ha vivido un nuevo auge con la escritura en internet y se ha convertido en un imprescindible. «Nuestro trabajo diario es emitir recomendaciones sobre el buen uso del español en los medios y responder a las muchas preguntas sobre el idioma que nos hacen cada día nuestros seguidores en las redes sociales, la web, el correo electrónico…», recuerda el director de la Fundéu, Javier Lascuráin.

«En medio de esa tarea con el español más actual surgen a menudo multitud de curiosidades que ahora hemos decidido reunir en un libro que puede leerse de forma aleatoria y siempre amena y divertida», y que ofrece un contenido que interesará a los apasionados del idioma, pero también a cualquier hablante, que se sorprenderá con la riqueza y la variedad de la lengua.

 

La última expresión

La obra anuncia desde su título 1001 curiosidades y, sin embargo, ofrece 100 listas de 10 elementos cada una, esto es, 1000 asuntos.

Lascuráin explica: «Nos gustaba la idea de mantener el número 1001, por sus resonancias literarias y hasta fantásticas. Además, eso nos permitía añadir un elemento más fuera de las 100 listas». «Aunque a alguien pueda parecerle que es destripar el final del libro (mejor que spoiler), hemos decidido incluir una última palabra, la 1001, y que no seamos nosotros quienes la decidamos, sino cada lector», señala. «Queremos que en este libro, como pasa en el mundo de la lengua en general, la última palabra la tenga cada hablante».