Un tercio de los reclusos pide ayuda para desintoxicarse

Ana Martínez
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La prisión provincial mantiene el tratamiento con metadona, aunque en los últimos años creció el número de presos que presentan una adicción combinada de alcohol y cocaína

Un tercio de los reclusos pide ayuda para desintoxicarse - Foto: Rubén Serrallé

Las adicciones a la heroína, la cocaína y el alcohol son factores clave en la creación de un delincuente, no sólo a la hora de cometer su primera infracción, sino también para prolongar y reincidir en su carrera delictiva. Según la última Encuesta sobre Salud y Consumo de Drogas en Internos en Instituciones Penitenciarias (Esdip), el perfil del preso español es un varón de 39 años que abandonó los estudios con 16 y que durante el año anterior a su ingreso en la cárcel estaba trabajando, vivía en una casa con su pareja y, más de un tercio, con sus hijos.

Con un tiempo medio privado de libertad de tres años y de cinco y medio a lo largo de su vida, los delitos más frecuentes cometidos por los reos españoles son contra la propiedad y el patrimonio (robo, hurto, usurpación, apropiación indebida...), contra las personas y contra la salud pública: tráfico de drogas.

La misma encuesta revela que siete de cada 10 internos había consumido alguna droga ilegal alguna vez antes de su encarcelación, aunque un 54% lo hizo en el último año en libertad y un 49% en el último mes anterior a su privación de libertad.

A la vista de los resultados que arrojó esta encuesta, coordinada por el Ministerio de Sanidad y la Dirección General de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior, se aconsejó la continuidad de los programas diseñados para minimizar el consumo de drogas, los riesgos y los problemas asociados a las adicciones dentro de las prisiones. 

Una recomendación que encaja a la perfección con la intervención que viene desarrollando el Grupo Interdisciplinar sobre Drogas (GID) desde 1998 en el centro penitenciario La Torrecica de Albacete, equipo asumido por la Fundación Atenea que se encarga de desarrollar, gracias a la subvención de la Fundación Sociosanitaria de Castilla-La Mancha, las estrategias necesarias no solo para conseguir mejorar el estado físico, psíquico y social del interno, sino para disminuir su actividad delictiva.

En coordinación con el Grupo de Atención al Drogodependiente (GAD) y la Junta de Tratamiento de la prisión provincial, los especialistas de la Fundación Atenea trabajan con diferentes programas de desintoxicación que acompañan con otras intervenciones biopsicosociales, tanto en el régimen ordinario, donde se encuentran los presos preventivos y los penados en segundo grado, como en el Centro de Inserción Social (CIS), destinado a los internos de tercer grado que salen a diario o disfrutan de la libertad los fines de semana, y con los que están interviniendo de forma especial las recaídas.

En la actualidad, la prisión provincial de Albacete cuenta con 295 internos, de ellos, 17 son mujeres. El programa de apoyo a reclusos drogodependientes de la Fundación Atenea, bautizado como Ariadna e ideado para mejorar la calidad de vida y reducir los daños derivados del uso de drogas, atiende a una media de 100 internos al mes, lo que representa un tercio del total de una población muy flotante y con un alto índice de movilidad, como así lo demuestra que, durante todo el año 2019, la Fundación Atenea atendiera a 219 reos, la gran mayoría condenados por delitos contra el patrimonio y contra la salud pública. 

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