Es la responsable de la Unidad de Acompañamiento Empresarial de Albacete, organismo dependiente del Instituto de Finanzas de Castilla-La Mancha,  desde su puesta en marcha allá por el mes de septiembre. Paula Pérez Lázaro cuenta además con el apoyo de otros dos técnicos contratados específicamente para el desarrollo de sus funciones.

¿Cómo nació esta Unidad y qué fines  persigue? 

Se creó a raíz de la Ley 5/2020 de Medidas Urgentes para la Declaración de Proyectos Prioritarios, que prevé la creación de estas unidades en las distintas provincias de Castilla-La Mancha con el fin de asesorar proyectos de especial relevancia, medidos por el nivel de inversión y empleo, además de por su vinculación a sectores estratégicos para el crecimiento de la región.

¿Su principal misión es dirigir la evaluación de los proyectos empresariales presentados?

Claro, analizamos proyectos que nos pueden llegar por diferentes vías, miramos que cumplan los requisitos para ver si pueden considerarse prioritarios y a partir de ahí, si vemos que son interesantes para el desarrollo regional, iniciamos el acompañamiento con ellos. Hay proyectos que llegan con una madurez muy alta y otros que vienen con un nivel de poco desarrollo y necesitan una ayuda en las vías de financiación o a la hora incluso de buscar una ubicación para los mismos.

¿Ese asesoramiento se lleva a cabo desde el inicio hasta la conclusión de los mismos?

Exacto, la idea es que cualquier iniciativa de este tipo encuentre en nosotros una herramienta útil para facilitar las cosas desde el principio y, una vez que se ha desarrollado con un plan de negocio viable, se iniciaría la solicitud de declaración oficial de proyecto prioritario, que será posteriormente valorada por una comisión específica.

¿Cuáles son las áreas  consideradas estratégicas? 

Hay un acuerdo de Gobierno del 1 de septiembre que habla de una serie de sectores estratégicos y los delimita, aunque los contempla prácticamente todos, lo que ocurre es que algunos están más acotados, por ejemplo el agrícola, ganadero y forestal, el de la energía y economía circular, el agroalimentario, logística, telecomunicaciones... la verdad es que es un abanico muy amplio, pero con unos umbrales de inversión y empleo muy elevados.

¿Cuántos proyectos han sido considerados de interés singular en la provincia hasta la fecha?

Tenemos una decena de proyectos sobre la mesa, cuatro de ellos han iniciado oficialmente su solicitud y dos en concreto ya pasaron a fase de información pública, concretamente el complejo residencial y de investigación de enfermedades neurológicas de Albacete (contempla 300 empleos y hasta 50 millones de euros de inversión) y la planta de reciclado de plásticos proyectada por la empresa RepetCo Innovations también en Albacete capital (con medio centenar de empleos directos y más de 100 indirectos y una inversión de 47 millones); los otros seis están en proceso de procedimiento  y engloban sectores económicos como la agroalimentación, atención a la dependencia, transporte, turismo y hostelería.

A primera vista parece que el volumen de proyectos presentados no es muy elevado...

Realmente los proyectos que tenemos en cartera en la provincia y con los que estamos trabajando son de grandes proporciones y conllevan un nivel de inversión y empleo nada fáciles de cumplir, por ejemplo en Albacete, al ser una localidad superior a 30.000 habitantes, para  que un proyecto pueda llegar a considerarse prioritario debe contemplar como mínimo un volumen inversor de más de 10 millones de euros y la creación de al menos 30 puestos de trabajo a jornada completa, es cierto que estos  umbrales bajan cuando la población es menor, para combatir la despoblación y ayudar al desarrollo de zonas rurales. 

En estos tiempos especialmente complicados por los efectos de la crisis del Covid, ¿es más necesario este tipo de asesoramiento para desarrollar el tejido empresarial de la provincia?

Sí, es importante que la Administración sea capaz de dar una respuesta ágil a quien desee invertir en esta tierra. Lo que se pretende es agilizar trámites y ayudar a los promotores en todo el barullo administrativo que conlleva este tipo de proyectos que implican a distintas administraciones. Todas las empresas con las que he hablado agradecen mucho este  tipo de apoyo y seguimiento, es un modelo que ya se está poniendo en marcha en otras regiones.