Mario Sotos, líder del escalafón albacetense

Pedro Belmonte
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El torero, que consiguió 51 orejas y dos rabos en 20 corridas, asegura que «ni yo ni nadie se esperaba alcanzar un número así, además poder puntuar todas las tardes y salir en hombros»

Mario Sotos tras cortar dos orejas esta temporada. - Foto: Jorge Alvarado

El torero albacetense Mario Sotos ha liderado el escalafón de los locales, con 20 corridas toreadas y ocupando el puesto número 15 del escalafón nacional, lo que supone un importante logro en su primera temporada completa como matador, ya que la alternativa la recibió a finales de la pasada, sin que apenas diese tiempo a sumar más contratos, además puntuando en todas las tardes en las que se ha vestido de luces. En esa veintena de corridas ha conseguido 51 orejas y dos rabos, lo que hace una media de algo más de dos orejas y media por tarde, algo que puede calificarse como excelente.

«Con la situación que teníamos de la pandemia, era todo muy difícil y ni yo ni nadie se esperaba poder alcanzar un número así de corridas y además poder puntuar todas las tardes y salir en hombros y poder mostrar una evolución y un crecimiento, aunque esto es una carrera de fondo y todavía falta mucho para llegar a donde yo busco, pero estamos en el camino. El año pasado, a final de temporada, hablaba con mi gente y teníamos perspectivas de que este año iba a torear, pero siempre con la precaución de la situación», aseguró.

La alternativa costó, tras suspenderse varias veces debido a las restricciones por la pandemia. «Se me suspendió en varias ocasiones hasta que en septiembre pudo darse, pero esta es una profesión de mucha lucha y de intentarlo muchas veces para no decaer».

Nos explica cómo se consigue llegar a este número: «las claves son trabajar mucho, entrenar, prepararte, intentar triunfar todos los días, que no es fácil, evolucionar y dar cada día mejor imagen y tener un equipo de personas que te ayuden a que todo ello pueda ser posible. No estaban todas firmadas al principio de temporada, ya que cuando la empecé en Ossa de Montiel, era la única tarde que tenía y, conforme fue avanzando la temporada, sobre todo en agosto y septiembre, que ya se fue aumentando el aforo, se animó todo un poco más y se fueron moviendo las empresas».

En cuanto a lo que pudo faltarle en la temporada, indica que «siempre faltan cosas que a uno le ilusionan y le gustaría estar en plazas determinadas, pero así son las circunstancias e intentaré poner de mi parte porque algún día lleguen. Tenemos esperanzas de que todo se vaya abriendo y podamos ir a las plazas de primera y segunda, como Madrid o Albacete y, si la pandemia lo permite, espero tener opciones de entrar en esas plazas».

 

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