Estudiantes en busca del antibiótico perdido

M.M.B.
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Bachilleres de los IES Leonardo Da Vinci, Universidad Laboral, Ramón y Cajal y Los Olmos participan en el programa Small World Initiative (SWI), traído hasta Albacete de la mano de las Facultades de Farmacia y Medicina

Alumnos de IES Universidad Laboral preparan sus cultivos en las placas de Petri. - Foto: José Miguel Esparcia

Quien sabe si en ese micromundo que hay bajo nuestros pies, en esos bichitos microscópicos que pisamos, se encuentra el antibiótico con el que hacer frente a una de las seis bacterias que más dolor de cabeza están dando por su resistencia a los antibióticos hoy disponibles. Quien sabe si igual que Fleming hace un siglo se tropezó por casualidad con la penicilina, alguien podría encontrar en tierras albaceteñas ese microorganismo con el que luchar contra las Eskape, acrónimo de esas seis superbacterias contra las que cada vez hay menos armas farmacológicas. 

«Esta tierra es de Valdeganga», nos dicen Elena y Gema, mientras tratan de mezclar en un agitador de tubos la muestra que tomaron días atrás en su pueblo para sembrarla en distintas placas de Petri, cada vez más diluida, y así después poder aislar alguno de los cientos de microorganismos que están presentes, aunque no se vean a simple vista. 

Las dos jóvenes son alumnas de bachillerato del IES Universidad Laboral. Igual que Manuel y Javi, quienes enfundados en batas blancas y manejando artilugios de esos que solo se ven en los laboratorios, aprenden los rudimentos científicos más básicos para llegar a aislar una pequeña colonia bacteriana sobre agar y comprobar si al ponerla en contacto con esas superbacterias tan invasivas impiden su desarrollo. 

a la busca de un ¡eureka!. Lo que buscan es el anhelado halo de inhibición que les haga gritar ¡eureka! pues demostraría que dichos microorganismos hallados en su muestra de suelo tienen eficacia como antibióticos e inhiben o matan a la superbacteria. «Quizás estemos ante un antibiótico salido de la Fiesta del Árbol», admite Manuel, el lugar donde cogieron su muestra.

Los gramos de tierra que han recogido son su pequeña, pero gran aportación, a esta gran cruzada mundial que lanzó hace unos años la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que ha sido secundada por los gobiernos de medio mundo para tratar de poner remedio al problema de la resistencia bacteriana. 

El abuso de los antibióticos, tomados en exceso para patologías que muchas veces no la requieren, -«la gripe la causa un virus y no requiere de antibiótico, a no ser que lo indique un médico», advierten los expertos-; y también la excesiva utilización en la ganadería industrial para asegurar que los animales que nos alimentan crecen sanos y engordan rápido, han dado lugar a que las bacterias se hayan enfrentado demasiadas veces con estos fármacos que las hacían morir, hasta tal punto que han aprendido a defenderse de ellos. El resultado es que los antibióticos que tantas vidas salvan están dejando de ser efectivos.

cruzada mundial. La comunidad científica lleva tiempo alertando del problema, que parece haber saltado a la agenda política. España, sin ir más lejos, lanzó hace cuatro años un Plan Estratégico sobre Resistencia Antibiótica. Se trata de no tomar estos fármacos a no ser que sea estrictamente necesario y si se toman completar los tratamientos. Si el enfermo deja el tratamiento cuando se encuentra mejor, sin terminarlo, quedarán bacterias vivas en su cuerpo y, lo que es más grave, éstas habrán conocido cuáles son las armas que hay contra ellas, el antibiótico, y aprenderán a defenderse de él. Es así como surgen las resistencias. 

Urge, por otro lado, crear conciencia sobre el buen uso de este tesoro farmacológico y también encontrar nuevos antibióticos con los que atacar a esas viejas conocidas, las denominadas superbacterias.

cuatro institutos. Y esto es lo que están haciendo estos chicos de la Universidad Laboral, buscar microorganismos capaces de plantarles cara. No son los únicos, bachilleres de los IES Leonardo Da Vinci, Ramón y Cajal y Los Olmos, harán los mismo gracias al programa Small World Iniciative (SWI), traído hasta Albacete de la mano de las Facultades de Farmacia y Medicina. En esta campaña se tomarán unas 40 muestras de tierra.

Cinco profesores de estos centros universitarios lo coordinan y 30 alumnos de Farmacia y Medicina se encargan de ir por los institutos y enseñar a los chicos de bachillerato qué deben hacer. «Es lo que se llama aprendizaje por servicio», explica Diego A. Moreno, catedrático de Microbiología, los universitarios aprenden aplicando sus conocimientos a un problema real y ofreciendo un servicio a su comunidad. Los futuros médicos y farmacéuticos hacen divulgación científica, explican a los chicos qué son las enfermedades infecciosas, porqué debe hacerse un uso racional de los antibióticos y la urgencia de encontrar nuevos fármacos. También les dan unas indicaciones básicas de microbiología para estudiar la biodiversidad bacteriana del suelo que pisan. Todo en cinco sesiones de dos horas cada una que realizan de forma voluntaria. «En cuanto oí antibiótico e investigación, participé de la iniciativa encantada», dice Paola Navarro, que está en Cuarto curso de Farmacia, satisfecha de poder compartir con otros jóvenes lo que sabe. 

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