«Ni con tres ni con muchas más existencias que alcanzara podía pensar, más que en los éxitos, en satisfacciones que en mi fuero interno me producen mis obras teatrales», afirma con la modestia que le caracteriza el dramaturgo José Pascual Abellán. Y todavía más impensable es que una de ellas, actualmente repuesta en Madrid de nuevo triunfando en crítica y público, iba a convertirse en una película. Porque el albaceteño tiene dos ofertas en firme para llevar a la gran pantalla Ni con tres vidas que tuviera. Y anda con los últimos retoques al guión para adaptar el texto al lenguaje cinematográfico, un texto que entregará a ambas dentro de unos días para que la que decida hacer la película comience los preparativos imprescindibles de cara a su realización.

Como es lógico, sorpresas aparte, el albaceteño no está autorizado a dar a conocer los nombres de las productoras ni de algunos de los actores previstos por ellas. «Bastante trabajo tengo con el guión, que es algo novedoso para mí. Al margen de que no me corresponde a mí dar la noticia sino a las productoras, que tampoco lo harán de inmediato», confiesa. Y añade que en cualquier caso, «y agradeciendo la confianza», tampoco se lo va a creer mucho ni va a abandonar la atención a la obra que se representa en la Sala Intemperie Teatro, donde ha sumado un nuevo atractivo, ya que uno del trío de los intérpretes que la protagoniza, Jorge Cabrera, ha sido nombrado candidato al Premio Max al mejor actor.

Sólo la nominación es un triunfo para este «magnífico actor en su difícil papel de terrorista hundido para siempre en su existencia posterior al cumplimiento de la condena», como arguye Abellán, que cree que sus dos compañeros de reparto, Nacho Hevia –en el papel de periodista entrevistador- y Lucía Esteso –hija de una de las víctimas mortales-, también lo merecían, al igual que la directora Zara Sobral, en su cometido. Como se sabe, esta obra, que estrenó hace ya tres temporadas en Madrid y pasó por Albacete en el Teatro Circo, está basada en su inicio en la entrevista que Jordi Évole hizo en su programa televisivo Salvados al etarra Iñaki Rekarte, autor de varios atentados con muertes. 

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