La maldición del 'rey lagarto'

Javier Villahizán (SPC)
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El vocalista del 'inmortal' The Doors, Jim Morrison, de cuya muerte se cumple ahora medio siglo, tiró sin miedo el dado de la suerte y la vida le regaló 27 espléndidos años llenos de intensidad y pasión por el mundo

La maldición del 'rey lagarto'

Hace medio siglo Jim Morrison, vocalista de la mítica banda de rock The Doors, dejaba este mundo en la bañera de su casa de París tras largas jornadas entregado al alcohol y las drogas. Murió un 3 de julio de 1971 y engrosó así el trágico club de los 27, aquellos grandes de la música que murieron a esa fatídica edad, como Brian Jones, Janis Joplin, Jimi Hendrix o Kurt Cobain.

Morrison, conocido como el rey lagarto, era una mezcla de caos y orden, de profeta y hechicero, de éxito y fracaso. Él tenía esa capacidad innata de juntar los polos opuestos y de unir dos mundos: lo alto y lo mundano, lo material y lo inmaterial, lo religioso y lo profano. 

Vino en forma de chamán a cantar y recitar versos sobre gasolineras, mujeres y alcohol, pero también sobre el tiempo, la noche, las estrellas, el infinito y la muerte.

Morrison, con esa voz hermosa y misteriosa, fue el alma de la banda, su espíritu, su ingrediente secreto. Era músico, pero ante todo poeta. 

Jim nació en Melbourne, Florida, el 8 de diciembre de 1943. Debido al trabajo de su padre, almirante del primer navío nuclear estadounidense, el pequeño Morrison residió en distintos lugares del país. De hecho, con apenas 14 años, el joven ya había vivido en siete hogares diferentes, todos ellos pertenecientes a bases militares de Estados Unidos. Ese trasiego familiar le convirtió en un joven introvertido y con pocas amistades. Sin embargo, ese déficit de afecto lo suplió con poesía, pintura y mucha literatura.

Fue un voraz lector de autores como Charles Baudelaire, Jack Kerouac, Fredric Nietzsche y Aldous Huxley, que no solo le marcaron su forma de ser sino también sus comienzos con los alucinógenos.

En Venice Beach conoció a Pamela Courson, quien se convirtió en su pareja sentimental hasta el final de sus días, a pesar de su tormentosa relación y de sus constantes infidelidades. Pero Pam y Jim eran inseparables, tanto que él la llamaba su pareja cósmica.

En 1965, fue su gran salto a la música tras fundar The Doors junto a Ray Manzarek en los teclados, Robby Krieger en la guitarra y John Densmore en la batería. Con ellos grabó un total de seis discos de estudio: The Doors, Strange Days, Waiting for the sun, The soft parade, Morrison Hotel y L.A. Woman.

Fue precisamente su tercer LP en el que la banda introdujo algunas de sus innovaciones y se convirtió en uno de sus discos referentes; así como los singles The unkown soldier y Not to touch the earth. El sonido The Doors acabó siendo una gran influencia para todas las bandas de rock que se estaban formando en esos momentos.

Pero 1971 empezó con mal pie para uno de los iconos del rock más destacados del panorama musical  del pasado siglo. Morrison se trasladó a París y decidió dejar la banda tras ser acusado de exhibicionismo y de los numerosos enfrentamientos con sus fans y con la Policía.

Fue en Francia donde retomó una de sus principales pasiones, la poesía, y donde escribió dos libros: The lords y The new creatures, además de An Ameriacn player, publicado en 1970.

Sus jornadas en la capital gala las distraía con  grandes dosis de alcohol y estupefacientes, hasta que un fatídico 3 de julio, su amor cósmico, Pamela, encontró el cuerpo sin vida del artista en el baño del apartamento. 

Según la versión oficial, Jim Morrison falleció a causa de un paro cardíaco, pero las especulaciones pronto empezaron a surgir en torno a una posible sobredosis de heroína inhalada en el club nocturno Rock and roll circus.

 

Está vivo

Al igual que sucediese con Elvis Presley, la misteriosa muerte de Jim Morrison da para muchas especulaciones. Tal es así que uno de sus biógrafos más autorizados, Alberto Manzano, periodista musical, poeta y traductor de toda la obra del rey lagarto, conjetura con que la muerte del cantante no se solucionara nunca e ironiza con que no esté muerto. «Desapareció en 1971 y me lo imagino pescando en alguna playa africana», comenta. 

Manzano, que acaba de publicar Jim Morrison. Cuando la música acabe apaga las luces (Libros Cúpula) vuelve a avivar el mito sobre el vocalista de The Doors con esta nueva obra.

De hecho, esta nueva revisión de la vida y muerte de uno de los rockeros más influyentes de todos los tiempos pone en duda la versión oficial y apunta a que Morrison, que estaba hundido porque le faltaba la inspiración para escribir y apesadumbrado por sus continuos líos con la justicia, decidió desaparecer. De hecho, nadie pudo ver el cadáver, señala Manzano, a excepción de Pamela. 

Sea mito o realidad, lo cierto es que Jim Morrison legó al mundo canciones y versos de una creatividad imperecedera.