«La ola de calor dejó obsoletas todas las previsiones»

E.F
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Desde el paso del episodio de altas temperaturas, Ramón Sáez está preocupado por su efecto y por partida doble, como delegado provincial de la Consejería de Agricultura en Albacete pero también como viticultor afectado por la meteorología

Ramón Sáez, delegado de agricultura. - Foto: R.S.

El delegado provincial de Agricultura, Ramón Sáez, no solo fue cocinero antes que fraile, es que es cocinero y también es fraile. Dicho de otra forma, que además de delegado es viticultor y por eso anda estos días más que preocupado por las consecuencias de la última ola de calor en los viñedos, porque lo que él mismo ve en sus viñas no le gusta demasiado y teme por lo que pueda pasar en las zonas donde el termómetro no bajó de los 40 grados durante días.

En corto y al pie: ¿cuánto daño ha hecho la ola de calor en Albacete?

Por lo que sabemos, bastante, aunque por el momento no me atrevería a dar una cifra precisa, aún estamos echando cuentas, es que la ola de calor dejó obsoletas todas las previsiones, ahora mismo es difícil saber el impacto final de las temperaturas. Pero por ejemplo, en muchas zonas ya puedes ver defoliación desde la carretera, sin bajarte del coche. Además, nos consta que ya hay otros fenómenos como la pasificación o incrementos de tres a cuatro grados a causa del aumento de los niveles de azúcar, provocados a su vez por estos cinco días tremendos que hemos tenido con estas temperaturas de récord, que estuvieron muy por encima de lo habitual para lo que es un agosto corriente.

¿Bajaremos entonces de los 4,8 millones de hectolitros de vino y mosto del año anterior?

Eso seguro. Lo que no me atrevo a decir es si llegaremos a bajar de los cuatro millones o incluso más. Antes de la ola de calor, ya era seguro que íbamos a bajar de los 4,8 millones del año 2020, porque el 2021 estaba siendo un año muy complicado desde el punto de vista meteorológico. Tuvimos en enero la borrasca Filomena, que en primera instancia no pareció hacer mucho daño, pero que algo movió; luego tuvimos problemas con el mildiu en algunas zonas y luego llegó el pedrisco. Además  el verano ya vino bastante cálido, así que a finales de julio, principios de agosto, antes de la ola, ya estaba claro que íbamos a tener una bajada. 

¿Tienen al menos alguna impresión de lo que pueda suceder en las principales zonas vinícolas de la provincia de Albacete?

Sin dar cifras, porque aún estamos echando cuentas, sí que vemos tendencias. En La Manchuela vemos que se puede dar una bajada bastante grande, porque allí no solo han sufrido el impacto de la meteorología, también hubo problemas con el mildiu; en Jumilla también esperamos una bajada, porque han pasado por algo similar;  en Almansa, por contra, esperamos una bajada muy leve o estabilidad. Ahora mismo nos preocupa  La Mancha, porque por su tamaño nos marcará la pauta a todos los demás; aún no tengo datos para hablar de una tendencia, pero desde la OCA nos han dicho que lo que ha entrado hasta ahora presenta rendimientos entre un 25% y un 30% inferiores a los del 2020.

En todo caso, parece que será una campaña con un resultado muy por debajo de la media. 

Bueno, de eso ya no estoy tan seguro, habrá que verlo. Mire, hace pocos me saqué los datos de las anteriores campañas, y lo que ves es que Albacete lleva ya unos cuantos años con unos resultados que forman como unos dientes de sierra. Fíjese, entre 2016 y 2020 alternamos años por encima de cuatro millones de hectolitros con años por debajo: 4,2 millones en 2016 y 3,4 en 2017; 4,6  en 2018 y 3,7 en 2019. En 2020, tuvimos 4,8 y ahora parece que toca bajar de esa cifra. En este sentido, nos mantendríamos dentro de lo normal.

¿Esperan un aumento de los precios, como apuntan las principales organizaciones agrarias?

Sería de esperar, en principio parece lo más lógico, aunque las competencias de supervisión del mercado no son nuestras, sino de la AICA, que depende del Gobierno central. Pero  si la campaña de los tres mayores productores mundiales, que somos nosotros, Francia e Italia, va a ser más baja, entendemos que debe haber un cierto repunte, la cuestión es saber hasta dónde llegará. 

La otra gran tendencia de este año  es el avance de la mecanización.

Con esto no me hace falta dar estadísticas, es que lo veo en mi propio pueblo. Hace un año, teníamos 10 vendimiadoras y ahora tenemos 25, más del doble. Ahí creo que hay dos claves, que son el avance de las espalderas y las ayudas de la Junta la mecanización. Ahora mismo, todas las nuevas plantaciones son espalderas y a eso se unen los planes de mejora, con novedades como permitir la compra de una misma máquina  entre varios viticultores que se asocian. Es que si se piensa, tiene una lógica tremenda detrás, mecanizar  supone una mejora enorme de la rentabilidad de las explotaciones, es normal tener este avance.