Como era de esperar y más tras los últimos acontecimientos surgidos en el municipio, que ha retrocedido a la fase 3 por el incremento de casos de coronavirus, las fiestas del barrio de San Antón, previstas para el mes de enero, no se celebrarán por primera vez desde la Guerra Civil, aunque a mediados del siglo pasado se aplazó su celebración a causa de una nevada. Las fiestas del singular barrio de San Antón de Tobarra, siempre se han vivido de una manera especial y en los últimos años se habían convertido en las verdaderas fiestas de invierno de la localidad, dado que se habían abierto al resto del municipio al desaparecer casi por completo el principal problema para su popularización, que no era otro que la quema de carretillas, no del agrado de la mayoría. Y es que en los años cincuenta, sesenta y setenta, según cuentan los más veteranos, se quemaban miles de carretillas en el barrio a todas horas, nada que ver con lo que ocurre en estos últimos tiempos, en los que solo en momentos señalados se disparan unas cuantas, especialmente tras el castillo y el día de las pujas de San Antón. Son estas unas fiestas muy tradicionales, con peculiaridades muy definidas, que se han transmitido de generación en generación y de familia en familia.

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