Doblete ferial.

Efectivamente, el martes, día 10, tenemos con Ambulantes Danza, Por unos pasitos de ná,  un espectáculo de flamenco para niños, en el que utilizamos fundamentalmente el lenguaje del baile flamenco, con unos textos para ayudar a que el cuento se entienda, con humor y danza más contemporánea. Una obra que mezcla varias disciplinas. 

El día 11, Ambulantes Teatro, con dos actores en escena y La cigarra y la hormiga, una versión actualizada, divertida. Mientras la cigarra y la hormiga funcionan, se escacharra el planeta, se encasquillan las estaciones del año, no entra alguna adecuadamente, pero de pronto, por sorpresa, lo que entra es la era digital. Aparecerán pantallas y dispositivos que distraerán su atención y abandonan sus tareas habituales. 

¿Dos espectáculos para un público familiar?

Los dos son para niños, para público familiar, por extensión para todos los públicos. El espectáculo de flamenco para niños, por ejemplo, está basado en un cuento que habla de respetar al diferente.  

¿Dirige ambos montajes?

Sí, La cigarra y la hormiga, es más nuevo, lo estrenamos en 2018, y Por unos pasitos de ná, llevamos desde 2011 y, gracias  a programas como Platea, hemos podido estar en casi toda la geografía española, a excepción de Galicia, creo, hemos hecho todas las regiones, incluso Cataluña, un territorio no habitual para las compañías de nuestro formato. 

¿Bailaores en Por unos pasitos de ná?

Claro, bailaores que vienen del mundo de la danza y el flamenco, que hay bailado con Antonio Canales, con los que hemos conseguido que también actúen y hagan clown; una  mezcla  que no es fácil  porque está coreografiado y teatralizado el cuento de Jérôme Ruillier. 

¿La cigarra y la hormiga es casi novedad?

Sí, lo estrenamos en otoño de 2018 también con un gran éxito porque ponemos a la cigarra y la hormiga en la tesitura de que sobreviene la era digital. Nos distanciamos un poco de la historia y, con un tono divertido, con temas musicales, hicimos una versión sobre algo que nos está distrayendo mucho, las pantalla de todos esos cacharros que tenemos en nuestro entorno. Es un texto mío, en colaboración con Juan Cuevas y Miguel Ángel Tortosa, en el que hay un paralelismo para poner una nota de atención.

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