Izquierda Unida de Castilla-La Mancha ha estudiado a fondo el borrador de la futura Ley del Agua y se ha encontrado con muchas pegas que pone de manifiesto para que se mejore. El coordinador regional de la formación, Juan Ramón Crespo, apunta que el proyecto incluye cuatro impuestos adicionales y únicamente servirá para cambiar el modelo productivo. «Quieren pasar de un modelo productivo de secano a uno de regadío. Puede estar bien o mal, pero este debate político se lo hurta a la sociedad llevándolo a un proceso legislativo», explica y deja claro que los castellanomanchegos terminarán pagando esta factura, unos 35 euros más por cada recibo.

Además, Izquierda Unida tampoco ve lógico que el proyecto de la Ley del Agua se cree antes de que se hayan planteado las conclusiones en la Mesa del Agua, lo que puede traducirse, en su opinión, como una acción «premeditada». Esta observación es quizá la que más resalta la formación porque no entiende por qué el Gobierno regional tiene decidida la ley sin contar con la ciudadanía ni el foro social.

Respecto al proyecto en sí, desde IU tampoco están de acuerdo con los planes de construcción de depuradoras porque resultaran m uy caras y será muy difícil que los ayuntamientos puedan hacerse cargo de la gestión, con lo que se abre la puerta a la privatización del servicio.

Tanto Crespo como Txema Fernández, responsable de Acción Política de la formación, confían en que la próxima convocatoria de la Mesa del Agua deje de lado «las ventajas partidistas» y los proyectos irrealizables