El anciano que acuchilló a su esposa pide perdón

M.O
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La Fiscalía rebajó la pena de cárcel que propuso, aunque insistió en que sí fue un asesinato frustrado

El anciano que acuchilló a su esposa pide perdón

Terminó en la Audiencia Provincial el juicio con el anciano que en septiembre de 2018, de madrugada, acuchilló a su esposa en el domicilio que ambos compartían en Casas Ibáñez, en una calle cercana al centro de salud y el cuartel de la Guardia Civil. Las heridas -le causó varios cortes- no pusieron en peligro su vida porque ella pudo huir y ponerse a salvo fuera de la vivienda. «Vengo a matarte y luego me mato yo», le había dicho a su mujer. Cuando los agentes de Guardia Civil le encontraron durmiendo, en la cama, con cortes en las muñecas, aunque de poca importancia y gravedad. 

La segunda sesión del juicio, celebrada ayer, sirvió para conocer los informes médicos acerca de las lesiones causadas a la víctima, y acerca del estado de salud del procesado, que ahora tiene 82 años y en la primera jornada de la vista dijo recordar los hechos pero no por qué fue a por un cuchillo y quiso matar a su mujer. «Se me fue la cabeza», contó a los magistrados. Los forenses ayer contaron primero que las heridas «no eran un peligro para la vida» de la mujer, aunque sí había una herida «punzante» en la cabeza. Sobre la situación del acusado, que había sufrido varios infartos cerebrales (el último cuatro meses antes), los forenses dijeron que pudo tener alguna influencia: «Debió estar presente un deterioro cognitivo, algo que está empezando, y que brotó de forma abrupta de esta manera; él sabía  lo que hacía, pero el tema de que había ratas en la casa le hizo verse obsesionado y sobrepasado; sus circunstancias cognitivas no estaban bien». 

Los forenses, de hecho, en su informe aluden al caso como un «suicido ampliado», «también por lo que hizo, quedarse en la casa cuando la mujer huye, cortarse en las venas, y acostarse». Los médicos consideran que el acusado «intelectivamente no está bien», y el deterioro cognitivo no puede tratarse, «irá a más, pero el trastorno fóbico, la ansiedad y la depresión sí pueden tratarse».

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