El Albacete Balompié y el Sporting de Gijón, que se enfrentarán mañana en el Carlos Belmonte, presentan notables diferencias en muchos aspectos, desde su trayectoria en la competición hasta la naturaleza de sus respectivas plantillas.
Una de ellas radica en su potencial ofensivo, lo que se traduce en unos números bien distintos, pero también en el reparto del peso realizador y el papel de los delanteros al respecto.
Aunque el Sporting no es un conjunto especialmente goleador, llama la atención el espectacular itinerario de Uros Djurdjevic, el máximo goleador de Segunda División con 16 dianas, nada menos que el 61% del equipo. El resto (ocho) se lo reparten hasta seis jugadores. Además de su capacidad de liderazgo, el serbio es, pues, el factor diferencial, un delantero polifacético pero certero en su principal cometido: el gol.
Nada parecido encontramos en el Albacete, cuyas carencias goleadoras le condujeron a pasar grandes apuros para conservar la categoría en verano. Ahora lleva el mismo camino.
El lastre de la dificultad de los delanteros para ver puerta se agudiza cuando la competición va a alcanzar sus dos tercios. Roman Zozulia, que en la pasada campaña solo pudo anotar cuatro tantos, tan solo ha podido anotar dos en 23 partidos, mientras Alfredo Ortuño, que hace un año completó 14 con el Real Oviedo, tan solo lleva uno desde el punto de penalti.
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