El acusado estaba en plenas facultades durante el crimen

Josechu Guillamón
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Los forenses afirmaron que, a pesar del trastorno que padece el procesado, sabía lo que estaba haciendo y no tenía su voluntad afectada

Imagen del acusado durante la entrada a la Sala - Foto: EFE

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha acogido hoy la cuarta sesión del juicio contra un hombre para el que el fiscal pide 25 años de prisión por acabar con la vida de su cuñada. La prueba pericial ha sido la protagonista de la vista de esta mañana, en la que los forenses han afirmado que el acusado se encontraba en plenas facultades cuando cometió el crimen. Los forenses han manifestado que el acusado padece un trastorno mental de Cluster, tipo B, en el que se agrupan síntomas de otros trastornos como el Histriónico, el Límite, el Antisocial y el Narcisista. En este sentido, han afirmado que el procesado tiene rasgos como la impulsividad, la frialdad o la falta de empatía, sin embargo, afirmaron que conservaba sus facultades cuando cometió el crimen. "Es un trastorno que requiere tratamiento, pero desde el punto de vista de la imputabilidad, su forma de actuar es libre".

En la misma línea, los forenses añadieron que en el momento de los hechos conservaba su capacidad intelectiva, por lo que era consciente de los hechos que estaba llevando a cabo y de sus consecuencias. "Él sólo estaba preocupado por la repercusión que iba a tener en su vida lo sucedido".

Además también conservaba su capacidad volitiva. "Diferencia entre el bien y el mal y aunque tiene cierta impulsividad, sabe dirigir su conducta en la dirección deseada". "Tiene sus capacidades plenamente conservadas".

Por otra parte, en cuanto al consumo de alcohol, la forense manifestó que el acusado había acudido en los últimos tiempos al psiquiatra y que el día 28 de mayo de 2018, se le hicieron análisis en el Perpetuo Socorro y dio negativo, a pesar de que él refirió a los forenses que en el último mes abusaba de la ingesta de alcohol.

En cuanto al día concreto de los hechos, el 4 de junio de 2018, los forenses manifestaron que no era posible saber si iba bebido de forma objetiva, aunque varios indicios apuntaban a que no era así. "Nos consta que para llevar a cabo los hechos como él cuenta, se requiere una capacidad motriz, una fuerza física, una coordinación y unas habilidades, que no hubiera podido  llevar a cabo con una intoxicación etílica aguda".