"Ha sido asombroso llegar y ver cómo estaba el vestuario"

C.G.
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Dani Torres asegura que el ambiente de la plantilla del Albacete "no se ve reflejado en la tabla"

Dani Torres posa en la Ciudad Deportiva durante la entrevista con este diario. - Foto: Arturo Pérez.

Terminado el mercado invernal, el Albacete se quedó con varias fichas libres, lo que daba la posibilidad de firmar algún jugador en paro. Sin equipo desde el pasado verano estaba el colombiano Dani Torres (Colombia, 15-11-1989) que había acabado su contrato con el Deportivo Alavés tras pasar la última campaña cedido en el Zaragoza. Desde que militó en el Albacete en la segunda mitad de la temporada 2018-19, el club manchego ha intentado su vuelta y lo consiguió en esta ocasión. A pesar de estar seis meses sin jugar, el centrocampista colombiano ha llegado en un estado de forma perfecto para que, desde el primer momento, Alejandro Menéndez haya decidido ponerlo a jugar y Torres se haya ganado un sitio en el equipo titular.

En el verano se hablaba de renovar con el Zaragoza, de otras ofertas, pero al final se quedó sin equipo. ¿Qué paso ahí?

Hubo algunas opciones, había prioridades, pero no se concretaron y conforme fueron pasando los días y el mercado fue avanzando, esas oportunidades se fueron diluyendo y sucedió lo que sucedió, que me quedé sin equipo.

Llega un momento en que, a lo mejor, ya era preferible esperar que aceptar cualquier cosa.

Es lo que digo, que había prioridades, siempre pensando en mi familia y al final no se dieron. Confiamos en que era la voluntad de Dios y que había que esperar. Una de mis prioridades era seguir en España, porque con el tema de la pandemia y conforme estaba la situación no había opciones de trasladarse a otro lugar. Los chicos están en el colegio en Zaragoza y yo me preparé para cuando llegase la oportunidad.

Cómo surge eso de entrenar con el japonés Kagawa, porque creo que tenían un equipo de técnicos para ayudarles.

Fue una ayuda impresionante. Él también estaba sin equipo y realizamos un trabajo personalizado, con dobles sesiones diarias. El Zaragoza nos ayudó al dejarnos usar sus instalaciones. Kagawa tenía su propio equipo de trabajo y poder tener contacto con el balón, entrenar sobre el césped, me ayudó a estar en las mejores condiciones cuando llegase la oportunidad.

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