La última semana de la Vuelta a España 2019 arranca hoy, tras la jornada de descanso de este martes en Burgos, con una gran etapa en Gredos y con el paso por la sierre madrileña para decidir si Primoz Roglic (Jumbo-Visma) se corona o si bien pierde el rojo. 

No serán grandes etapas, como las de Asturias o la de Andorra, pero las fuerzas pueden empezar a fallar en la tercera semana de competición y los aspirantes a arrebatarle el rojo a Roglic no tienen otra que endurecer la carrera. 

La decimoséptima etapa, entre Aranda de Duero y Guadalajara sobre 219,6 kilómetros no será más que una toma de contacto con la carrera para poner las piernas a tono. Una etapa muy larga y llana con opciones de escapada o de llegada masiva. 

No obstante, el jueves, la decimoctava etapa partirá de Colmenar Viejo y llegará a Becerril de la Sierra (177,5 kilómetros) tras superar cuatro puertos de montaña. Entre ellos, el Puerto de Navacerrada (1ª), el Puerto de Morcuera (1ª) por sus dos vertientes y el Puerto de Cotos (1ª), el último antes del descenso a meta. 

La etapa entre Ávila y Toledo, de 165,2 kilómetros, volverá a dar un respiro al líder y a aquellos que hayan intentado, o logrado, desbancarle en la Sierra. Una jornada para otra llegada masiva o para un pulso entre pelotón y fuga. 

Escenario bien distinto al que se topará el gran grupo en la penúltima etapa y, quien sabe, la definitiva, entre Arenas de San Pedro y la Plataforma de Gredos sobre 190,4 kilómetros. Una etapa con cinco puertos, dos de ellos de 1ª categoría, y una última subida para poner todo en su sitio. 

Como viene siendo habitual, la última etapa, entre Fuenlabrada y Madrid sobre 106,6 kilómetros, será una fiesta para el ganador y para sus compañeros de equipo, así como para los portadores del resto de maillots --montaña, mejor joven y puntos--. Un paseo hasta Madrid donde tendrá lugar, previsiblemente, un último esprint.