En busca del efecto Bolsonaro

Agencias
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Miles de militares y miembros de las Fuerzas de Seguridad apuestan por integrarse en la vida política gracias al respaldo público del presidente del país a este colectivo

El mandatario ultraderechista ha incluido a varios cargos del Ejército en su Gobierno, lo que ha impulsado a los agentes del orden a concurrir en las urnas.

Hace dos años, un capitán de la reserva, Jair Bolsonaro, ganaba las elecciones presidenciales de Brasil y, desde entonces, el poder de los militares ha ido en aumento, con uniformados al frente de varios Ministerios y una creciente presencia de miembros del Ejército en altos cargos del Estado. 

Ante esta situación, el número de miembros de las Fuerzas Armadas que participaron ayer en las elecciones municipales del gigante sudamericano se ha incrementado notablemente, cerca de un 48 por ciento con respecto a los comicios de 2016, un aumento atribuido al respaldo público de Bolsonaro a este colectivo.

En total, son 6.760 agentes de seguridad -entre los que se encuentran policías civiles y militares, bomberos castrenses y militares de la reserva- los que aspiran a una plaza como alcalde, vicealcalde o concejal -los comicios continuaban al cierre de esta edición y no se conocían los resultados-. De ese total, el 86 por ciento corresponde a militares, el mayor número de candidatos miembros de las fuerzas castrenses que se ha contabilizado desde 2004, cuando comenzó a realizarse el registro de los candidatos por ocupación.

Lo cierto es que la participación política de agentes del orden no es una tendencia nueva en Brasil, y aunque en los últimos 16 años el aumento ha sido constante en todo tipo de disputas electorales, el denominado efecto Bolsonaro parece haber marcado con fuerza las municipales.

«Tenemos un presidente que es un capitán que se eligió y que hace un mandato supremamente orientado a la idea de que el problema de la violencia en Brasil se resuelve con la presencia de las policías y de las Fuerzas Armadas», señala Silvia Ramos, coordinadora de la ONG Red de Observatorios de Seguridad.

A eso se suma que en los comicios municipales se eligen cargos que no tienen una participación directa en el área de seguridad pública, una atribución que le corresponde a los Gobiernos regionales y al central, algo que, para la investigadora, es «extremadamente negativo».

 

Auge del conservadurismo

Entre los candidatos militares inscritos para los comicios de ayer, cerca de 390 aspiran al cargo de alcalde, 400 al de vicealcalde y casi 6.000 quieren ser concejales.

Además, el incremento también está relacionado con el despertar de un conservadurismo que ha estado vivo y latente desde el fin de la dictadura que gobernó Brasil entre 1964 y 1985.

Según sostienen desde el Fórum Brasileño de Seguridad Pública, el objetivo de militares y policías no está centrado en la seguridad pública, sino en un discurso más amplio donde prevalecen el orden y las costumbres, y donde la idea de autoridad gana importancia. «Eso es lo que los motiva a actuar en política», aseguran.

«Brasil pasó por una agenda con valores y costumbres alrededor del discurso de autoridad, de la misma línea que la de Italia, Hungría, Polonia y hasta Estados Unidos, donde las ideas de los líderes populistas catalizaron una revalorización de la idea del líder extremo, el que va a restablecer el orden y esa idea es mucho mayor que el campo de Bolsonaro», agregan estos expertos.

También consideran «peligrosa» la participación política de policías y militares porque los órganos del orden y la política son esferas fundamentales en un Estado democrático, pero «no pueden confundirse». «Eso es peligroso», zanjan.