El campo abre los brazos a 10.500 jornaleros

Ana Martínez
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La posibilidad de compatibilizar salarios con prestaciones por desempleo originará una mayor presencia de españoles

El campo abre los brazos a 10.500 jornaleros

A las puertas de iniciar una nueva campaña de recolección agrícola, el campo albacetense se mueve en la incertidumbre de saber si tendrá suficiente mano de obra para cosechar los cultivos preferentes en esta provincia como son, fundamentalmente, el ajo, la fruta de hueso, las hortalizas y la uva.

Desde que el español abandonara el campo y el medio rural para instalarse en los núcleos urbanos, el campo ha salido adelante con los temporeros extranjeros, migrantes que viajaban de tajo en tajo y que procedían, en su mayoría, de Marruecos, África subsahariana, Rumanía y Bulgaria.

Sin embargo, consecuencias del Covid-19 como el cierre de fronteras y las limitaciones en la movilidad dificultaban la contratación de jornaleros, un grave problema que ponía en peligro las buenas cosechas que se prevén este año, gracias a las abundantes lluvias y a unas temperaturas suaves que, según se estima, mejorarán la calidad y la cantidad de las producciones.

Ante la llamada de alarma de las asociaciones agrarias, el Gobierno estatal decidió que cualquier trabajador en desempleo, aún percibiendo la prestación, la pudiera compatibilizar con su salario agrario, lo que hace intuir la vuelta de los españoles al campo para salvar la situación económica de cientos de familias.

A pesar de esa inquietud por la falta de temporeros extranjeros, el secretario provincial de Asaja, Jorge Navarro, se muestra convencido de que la provincia de Albacete, que nada tiene que ver con la idiosincrasia del campo valenciano, alicantino, murciano o almeriense, no tendrá problemas para recibir a los 10.500 trabajadores del campo que se estima serán necesarios para sacar adelante las diferentes cosechas, entre finales de mayo y mediados del mes de octubre. «En los cultivos de hortícolas como la acelga, el brócoli, la coliflor o la lechuga, las campañas no duran más de 15 o 20 días y se suelen cubrir con mano de obra local o con familiares», explica Jorge Navarro, que aclara que estas mismas características tienen los cultivos de fruta de hueso en la comarca de Hellín y Tobarra, donde se recoge albaricoque, ciruela y melocotón y contratan a jornaleros de años anteriores.

El problema, añade Navarro, puede darse en la recogida del ajo blanco y en la vendimia, la mayor campaña de la provincia albacetense, aunque para ello la organización agraria ha habilitado una bolsa para empleadores y empleados, al igual que ha hecho la Junta de Comunidades, un mecanismo que facilitará la contratación de cualquier trabajador agrícola residente en Castilla-La Mancha, a los que no se les impondrá restricciones de movilidad: «Se están inscribiendo bastantes trabajadores, ya tenemos más de 700, y unas 25 empresas que van a demandar sus servicios».

La reincorporación de los españoles al campo puede traer algunos aspectos positivos como una mejor persecución y control de los llamados manijeros o intermediarios, algunos de los cuales abusan de los temporeros migrantes. «Habrá muchos menos y será más fácil identificarlos», apunta Juan Antonio Cuevas, secretario provincial de Industria de Comisiones Obreras en Albacete, que recuerda que estos manijeros se dedican a contactar con los trabajadores subsaharianos para trasladarlos hasta los tajos y «aprovecharse de su vulnerabilidad».

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