Durante el pasado año 477 parejas de la ciudad pusieron fin a su matrimonio, según los datos estadísticos hechos públicos ayer por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), lo que supone un descenso del 4,21% con respecto al año 2018, cuando hubo 498 casos.
Si comparamos estas cifras con las del resto de la región, podemos decir que la única capital de provincia que supera a Albacete en número de rupturas matrimoniales es Guadalajara, donde se contabilizaron 597 a lo largo de 2019. Por detrás de Albacete se encuentran Toledo, con 363 rupturas; Ciudad Real, con 334 y Cuenca con 149.
Volviendo a la capital, podemos decir que la fórmula preferida por los albacetenses para poner fin a su enlace matrimonial fue el divorcio. En concreto, durante el pasado año se contabilizaron en la ciudad 449 divorcios, lo que supone un descenso del 6,2% con respecto a 2018, cuando hubo 479.
De los 449 divorcios que se produjeron en la ciudad, la mayor parte de ellos, exactamente 303 fueron consensuados, mientras que los 146 restantes se realizaron sin acuerdo entre las partes.
Los meses de enero, febrero y marzo fueron los más conflictivos del año, ya que en estos tres primeros meses se produjeron 93 divorcios, frente a los 74 que hubo en el tercer trimestre del año o los 72 que hubo en el cuarto. La época con menos divorcios del año fueron los meses de abril, mayo y junio, cuando sólo hubo 64.
Con respecto al resto de capitales de provincia de la región, Guadalajara es la que registró un mayor número de divorcios, al realizarse 572 en 2019, el segundo puesto lo ocupa Albacete (con 449) y les siguen Toledo (352), Ciudad Real (322) y Cuenca (142).
Aunque las separaciones son un fenómeno que cada vez se produce menos, lo cierto es que durante el año 2019 han crecido de forma considerable, aunque los números siguen siendo muy bajos, ya que suponen el 5,66% del total.
Exactamente, durante el año 2019 se contabilizaron 27 separaciones, frente a las 17 que hubo en el año anterior, lo que implica un crecimiento del 58,2%. Del total, 24 separaciones contaron con el acuerdo de los cónyuges y las tres restantes se celebraron sin el consenso de la pareja.
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