José Callado es uno de los creadores pictóricos más relevantes de la provincia. Heterodoxo, sin sujección a patrones academicistas, trabaja en un confinamiento obligado, pero incluso buscado con anterioridad para encontrar la inspiración. El lenguaje del arte y la memoria son conceptos básicos en su creación.

¿Qué está haciendo últimamente?

La misma marcha de siempre. Ya estaba aislado antes de hacerlo por obligación, sigo pintando cosas. En abril tenía previsto ir a la Casa Encendida de Madrid y también se ha caído. Por lo demás, me entretengo viendo como sube y baja la Bolsa, e intentando ver el mundo a través de las gráficas.

¿Y exposiciones?

También. No me las había planteado porque tenía pensado estar todo el año creando, metido en el estudio, y para 2021 hay cosas. En lo que estoy trabajando, el lenguaje es parecido al que utilizaba hace unos meses, los peces van desapareciendo y aparecen otras cosas.

Ha comentado alguna vez que concibe la pintura como un lenguaje, no como un objeto decorativo para colgar en una pared.

La pintura es un reflejo de que pasa día a día en la sociedad. Es como una enciclopedia ilustrada en la que vamos viendo la historia a través de imágenes, debe ser un lenguaje que nos cuente las cosas de manera directa que no resulta tan complicado entender. Hay gente que no llega a entender nunca la pintura porque no la ven como tal sino como un objeto decorativo, pero es mucho más profundo. (MÁS INFORMACIÓN EN LA EDICIÓN IMPRESA)