Un hogar... en ruina

Ana Martínez
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El movimiento juvenil 'Fridays for Future' seguirá concentrándose cada viernes hasta que los gobiernos tomen medidas contundentes para salvar el planeta ante el cambio climático

Un hogar... en ruina - Foto: José Miguel Esparcia

«Me llamo Greta Thunberg, tengo 16 años, soy sueca y he venido a hablaros en nombre de las generaciones futuras». Así se presenta, una y otra vez, la joven de trenzas rubias que ha agitado conciencias a nivel mundial. Tanto que hasta Albacete ha llegado este tsunami verde que se ha rebelado contra la inacción de los gobiernos para mitigar los efectos del cambio climático.

Cada viernes, a las seis y media de la tarde, el efecto mariposa de Greta Thunberg revolotea a las puertas del Ayuntamiento de Albacete, llueva, truene o haga calor. Jóvenes de la ciudad convencidos de que su futuro está en peligro, corean consignas como «Menos polución, más solución», «Nuestras vidas no están en venta» o «Sin naturaleza no hay futuro».

En Albacete, las concentraciones llegaron después de algunas multitudinarias que ya habían tenido lugar en Madrid y Barcelona. Se acercaba la gran convocatoria del 15M verde y en esta capital ninguna organización se había hecho cargo de su organización. Hasta que un grupo de alumnos de Bachillerato del instituto Bachiller Sabuco decidió dar ese paso, informarse, convocar y empezar a mover la concentración por las redes sociales que, en este caso, han sido sus grandes aliadas.

«Pretendemos seguir cada viernes juntándonos en la puerta del Ayuntamiento hasta que nuestras reivindicaciones tengan la repercusión que tienen que tener en el Gobierno», explica Gemma García, una joven de 17 años que exige «medidas contundentes», «un cambio profundo del sistema» para frenar el colapso hacia el que se dirige nuestro planeta. Con pequeñas pancartas que rezan eslóganes como Cambiamos de actitud o cambiamos de planeta, Nuestra casa está en llamas o Menos producción, más legislación, los jóvenes no pararán de reunirse hasta que los gobiernos se arremanguen para cambiar la manera de producir, de contaminar y de consumir: «Es un paso muy importante que hay que dar, el problema es que ningún partido político quiere hacerlo», apunta esta estudiante del Bachiller Sabuco.

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