«Lo que no se conoce ni se comprende, no se valora»

A.D
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Elvira Valero de la Rosa, directora del Archivo Histórico Provincial de Albacete publica Heráldica Gentilicia de Alcaraz. Biografía Urbana. Siglos XVI-XVII. La autora e investigadora comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta obra.

Elvira Valero de la Rosa, directora del Archivo Histórico Provincial de Albacete. - Foto: José Miguel Esparcia

Elvira Valero de la Rosa, directora del Archivo Histórico Provincial de Albacete publica Heráldica Gentilicia de Alcaraz. Biografía Urbana. Siglos XVI-XVII. La autora e investigadora comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta obra.  

¿Por qué un libro sobre heráldica de Alcaraz?

Tenía muchísima curiosidad por saber el significado de estos emblemas que están en las calles o en Cortes, que me llamaron mucho la atención, porque se ve que están descontextualizados. Bueno, empecé a recopilar datos, sobre todo de hidalgos, de familias de linajes muy reconocidos y me di cuenta que muchos de ellos cuando solicitaban en la Chancillería de Granada el reconocimiento de la hidalguía, decían dónde vivían y describían su escudo de armas. Pensé que sería muy bonito, descubrir, describir e identificar a quién pertenecían esos escudos y quién vivió en esas casas. 

¿Cómo estructuró la obra?

El libro lo estructuré de varias formas. Primero empecé hablando de la hidalguía y de lo que representaba ser hidalgo, identificando los principios y estatuto jurídico, valores, normas, cómo se accedía para contextualizar. Luego, hice el estudio de los principales linajes, cómo era su vida y cómo se encumbraron, escribí una biografía colectiva. Por último, realicé un inventario de los escudos que quedan en las calles, en Cortes, en las dos iglesias de las cinco que hubo, más dos conventos donde hubo enterramientos. Me di cuenta que si comparo con los expedientes de hidalguía de la Chancillaría, con los expedientes de órdenes militares, protocolos, etc., lo que tenemos ahora mismo es un mínimo testimonio de lo que hubo en Alcaraz. Me pareció interesante recopilar, hacer unas fichas y un inventario, a modo de registro, para que, por ejemplo, el Ayuntamiento, que tiene encomendadas estas funciones de custodia y protección del patrimonio, tenga una recopilación. 

¿A modo de guía?

Sí, también para el que vaya a Alcaraz puede ir con una guía de cada escudo que he identificado y sepa, por ejemplo, que el que tiene dos lobos con dos corderos en la boca, es de los López de Haro, y quién fue el que vivió en Alcaraz y de quién era familia. Mi pretensión era saber el origen para apreciar el patrimonio, porque no lo no se conoce ni se comprende, no se valora. 

Se centró en dos siglos.

Me he centrado en los siglos XVI y XVII. El XVI es el siglo de la eclosión de los pleitos de hidalguía y por varios motivos que explico, son los siglos con más pleitos y más datos. Es la época con más expedientes de órdenes militares, porque los caballeros e hidalgos eran muy propensos a tener ese reconocimiento, ese hábito con la cruz en el pecho, que les servía para estar libres de sospecha de tener un antepasado judío o moro. Hablamos de limpieza de sangre, que se exigía para acceder a la hidalguía y al hábito. 

¿Cuántos escudos identificó?

Tengo contabilizados 33 escudos, los que quedan. 

¿Alguno llamó especialmente su atención?

Me ha llamado mucho la atención el escudo que hay en la calle Mayor, frente a la iglesia de San Miguel, creo que con la portada más bonita de Alcaraz, con unos guerreros y un balcón en el centro. Esos guerreros, en el que sostienen, está su escudo de armas, las figuras, y nadie se dio cuenta que ahí está qué linaje vivió y construyó esa casa. Es un escudo que tiene tres tablas y era de los Noguerol. Curiosamente en la casa hay una cartela que pone  casa de los Galiano y no es correcto, los Galiano son los que poseyeron la casa en el XIX, pero era de los Noguerol. Luego, me han llamado mucho la atención los escudos con lobos, de los López de Haro y los Ayala. El escudo de los Bustamente está ahora mismo en el Santuario de Cortes, con 13 roeles y tres flores de lis, porque los Bustamante que llegaron a Alcaraz decían que procedían del sobrino de Carlomagno.  

¿Para quién está pensado este nuevo libro?

La obra está dirigida a todo el público. Tengo mucho contacto con el Ayuntamiento y lo voy a presentar allí, porque la gente de Alcaraz tiene muchísima curiosidad por saber qué significan esos escudos. 

¿Cuántos años le llevó el proyecto y la obra?

Empecé a recopilar datos hace años. Todo lo que iba saliendo en el Archivo lo iba guardando y en mis viajes a Granada dedicaba varios días al archivo de la Chancillería. Tenía tantos datos que, con el confinamiento, tuve tiempo de ponerlos en orden. Fueron al menos tres años, con una rigurosa selección y elección de documentos.