El Albacete depende de sí mismo para conseguir el ascenso directo, pero la presión es tremenda.

Presión ninguna. Los rivales están ahí, pero la presión es la misma que tenemos desde que comenzó la temporada y es la que nosotros nos queramos poner. Seguimos jugando con la misma ilusión que al principio, aunque lógicamente sabemos que tenemos la oportunidad de ascender y lo más bonito de todo es que dependemos de nosotros mismos. Si hacemos las cosas bien tenemos muchas papeletas para lograr algo muy bonito.

¿Como se vive estar peleando con clubes como Osasuna, Deportivo, Granada…?

Al final estamos todos en la misma categoría. La Segunda es muy complicada, en la que cualquier equipo te puede ganar, da igual su nombre. Hemos ido poco a poco. Logramos cumplir el primer objetivo, que era la permanencia, y luego tocaba ilusionarnos y crecer, que es lo que estamos haciendo.

¿Y como está el vestuario?

Igual que en todas las semanas, ni con más optimismo ni con menos. Nosotros vamos partido a partido. Cuando hemos perdido, la semana ha sido la misma que cuando hemos ganado. La gente sigue haciendo las mismas cosas, sabiendo que estamos donde estamos, pero ya está.

¿Como capitán, ha tenido que frenar la euforia, porque es fácil contagiarse de la ilusión que se respira en toda la ciudad?

Es algo que suele pasar, pero en este caso no ves que nadie saque los pies del tiesto. Todo el mundo sigue trabajando de la misma forma. La gente tiene la cabeza muy bien puesta y sabe lo que tiene que hacer en cada momento. Ser capitán en este equipo es muy fácil, porque todos ayudan una barbaridad.

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