El pasado 3 de noviembre militares del Ejército del Aire, del Ala 14, Maestranza Aérea y el Programa de Liderazgo Táctico (TLP) de la OTAN comenzaron a realizar rastreos en la provincia de Albacete, con el fin de evitar nuevos contagios de coronavirus. Desde esa fecha hasta ahora, la Junta de Comunidades les ha asignado 1.629 casos, lo que les ha obligado a llevar a cabo 7.710 llamadas de rastreo.
A estas llamadas hay que sumar las 1.044 que han llevado a cabo los militares para realizar el seguimiento de esas personas, hasta el final de su aislamiento.
En la actualidad, la Unidad de Vigilancia Epidemiológica cuenta con 28 efectivos (19 del Ala 14, ocho de Maestranza y uno del TLP), pero actualmente hay ocho militares más en formación, como explica el capitán Bernardo Goig, jefe de pelotón de los rastreadores de la Base Aérea de Albacete. «Se está preparando a ocho nuevos militares, de la Base y de Maestranza. Estas personas tienen que pasar un periodo de formación. Tienen que hacer dos cursos, uno específico de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y otro que es propio del Ejército». Se trata de unos cursos que han hecho todos los rastreadores.
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