Hamilton, en el olimpo

Agencias
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El británico tiene el récord de victorias, poles y podios y está cerca de los siete títulos mundiales del 'kaiser'

Hamilton, en el olimpo - Foto: JOSE SENA GOULAO

Es el hombre de los récords. Era cuestión de tiempo y pasó en Portugal. Allí, en un circuito que se estrenó en la Fórmula Unp, en un Gran Premio que regresó 24 años después, el británico Lewis Hamilton (Mercedes) hizo (otra vez) historia.

Al séxtuple campeón del mundo solo le quedaba adelantar al alemán Michael Schumacher y dio cuenta de él en el Autódromo Internacional del Algarve, donde firmó su victoria número 92, el récord de la categoría reina, que además le acerca más a su séptimo título.

Hamilton superó los problemas que pasó en el eléctrico inicio de carrera, a la altura del cambiante circuito de Portimao, y amplió su ventaja sobre su compañero de equipo Valttery Bottas (segundo), al que dejó a más de 25 segundos. El campeonato lo tiene casi en el bolsillo.

La montaña rusa de Portimao tuvo unos primeros metros de vértigo, pero al hombre de los récords no se le escapó su entrada al Olimpo del ‘Gran Circo’ por la puerta grande. Tiene el de victorias, poles y podios y, presumiblemente, igualará el de siete títulos de Michael Schumacher. El inglés está construyendo una leyenda cada vez más difícil de batir porque es insaciable.

forjar una leyenda. Desde 2007, que debutó con McLaren ha forjado la leyenda. Se estrenó al lado de Fernando Alonso en el GP de Australia. El piloto británico tenía 22 años y demostró rápidamente su carácter y talento, sumando el primer podio con un tercer puesto. Ese mismo año en el Gran Premio de Canadá obtuvo su primer triunfo. Llegó a Montreal después de cinco podios consecutivos y después de superar a Alonso en la lucha por la pole position. 

Un año después bailó bajo la lluvia en el GP de Gran Bretaña con una auténtica exhibición. Esa temporada, en Brasil, tras quedarse a tan solo un punto en el año de su debut, fue en 2008 cuando logró su primer título tras ganar cinco carreras. El final en Sao Paulo no fue apto para cardíacos, arrebatándole el título ‘in extremis’ a Felipe Massa .

Un lustro después en el GP de Hungría, triunfó con Mercedes. El británico decidió un cambio de aires y heredó el coche de Schumacher en Mercedes. En su décima carrera logró su primera victoria. Fue su carácter explosivo el que salió a relucir durante ese curso. La relación de Hamilton con Rosberg nunca fue buena, pero en Bahrein se declararon la guerra, manteniendo una batalla impresionante, codo contra codo, por una victoria que sonrió al inglés pero que el alemán no dio nunca por perdida.

Esa temporada fue para enmarc comenzó el festival. Ganó 11 grandes premios y todas las carreras que acabó, 16 de 19, lo hizo en el cajón.

Dos años más tarde, la tensión entre Rosberg y Hamilton va en aumento y ello se traslada a la pista, con la carrera del Gran Premio de España en Barcelona como punto culminante. En sus ansias por hacerse con el título que se le negaba y que al final ganó, Nico se llevó a Lewis por delante. La imagen de los dos Mercedes chocando entre sí es imborrable.

Hamilton empezó 14 en Hockenheim 2018 tras sufrir un problema mecánico en la crono. Remontó de forma espectacular y aprovechó la aparición de la lluvia en las últimas vueltas, que provocó el accidente de Vettel, para ganar rodando tres segundos más rápido por vuelta que sus rivales.

cumplir un sueño. Y, después de igualar en el GP de Eifel la marca de 91 victorias de Schumacher, el inglés estableció un nuevo récord al imponerse el pasado domingo en Portimao. «Antes de nada, quiero decir que se lo debo a toda la gente que hace un trabajo tremendo, innovando y empujando límites», indicó tras lograr el último récord. El piloto inglés reconoció que «tan solo podría soñar con este momento donde estoy» ahora mismo. «No tenía una bola de cristal cuando escogí este equipo, con esta gran gente» , sostuvo.