El Aula Hospitalaria atendió a casi 300 niños este trimestre

T.R
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Con una fiesta entrañable celebrada en el salón de actos del Hospital Perpetuo Socorro bajo el lema "Navidad en Igualdad", pacientes y profesionales, además de familiares, han hecho balance del trabajo realizado para normalizar la enfermedad

Un momento de la actuación del mago Juanma en la fiesta del Aula Hospitalaria y Domiciliaria. - Foto: T.R.

El Equipo de Atención Educativa, Hospitalaria y Domiciliaria de Albacete (Eaehd), en colaboración con los profesionales y pacientes de la Unidad de Trastorno del Comportamiento Alimentario y el Hospital de Día Infanto Juvenil, dependientes de la Gerencia de Atención Integrada de Albacete, despiden hoy el primer trimestre del curso con su tradicional fiesta navideña, que está enmarcada dentro de la programación de actividades navideñas que cada año pone en marcha el Servicio de Atención al Paciente desde la Unidad de Animación Sociocultural.

Esta fiesta ha reunido en el salón de actos del Hospital Perpetuo Socorro a pacientes y profesionales en un ambiente lúdico, donde se ha destacado el trabajo que realizan los profesionales del equipo educativo, en colaboración con los sanitarios, para normalizar la enfermedad en los más pequeños y conseguir compaginar sus ingresos y convalecencias con los estudios.

Bajo el lema “Navidad en Igualdad”, este año la temática de la fiesta da respuesta a un proyecto común como es el Plan regional de “Igualdad de género y prevención de violencia de género”, que desde septiembre se está trabajando desde el Equipo educativo.

Para la coordinadora del equipo, Ana Martínez Soto, esta es una de las actividades más importantes para los pacientes que atienden los docentes, 273 este primer trimestre del año, puesto que participan de forma activa en la fiesta y supone un momento lúdico para compartir tanto con los profesionales que los atienden a diario como con sus familiares. Algo en lo que también ha coincidido el propio director gerente del CHUA, Ibrahim Hernández, que ha destacado cómo ha cambiado la forma de trabajar con los niños y adolescentes hospitalizados y con largas convalecencias en sus domicilios, “porque ante veían con temor a los profesionales sanitarios y ahora los ven cercanos y como parte de su familia”.