El trastorno bipolar es una enfermedad mental crónica que afecta a los mecanismos que regulan el estado de ánimo. Se manifiesta en forma de episodios recurrentes que van desde la manía o hipomanía (alegría, euforia), hasta la depresión (tristeza, inhibición y, en algunos casos, ideas de muerte). Variaciones anímicas que influyen de forma significativa en los aspectos sociales, familiares, académicos o laborales de la persona afectada.

Ayer se celebró el Día Mundial de esta patología psiquiátrica, que es un muy frecuente entre la población adulta, pero que afortunadamente, según la jefa de Salud Mental del Área de Salud de Albacete, la doctora María Jesús Montes, tiene mejor pronóstico que la esquizofrenia. Se calcula que este trastorno afecta en la provincia de Albacete a cerca de 3.000 personas, aunque la prevalencia a lo largo de la vida oscila entre el 0,5 y el 1,6 de la población general.

Esta enfermedad tiende a aparecer en la adolescencia o en la primera etapa de la edad adulta, es decir, entre los 18 y los 25 años. De ahí la importancia de poner en marcha, un programa de atención de esta patología, mediante la puesta en marcha de un protocolo común de todos los especialistas de Psiquiatría en las consultas de Atención Especializada, que permita una detección precoz y una atención más ágil de este trastorno que garantice la continuidad de los cuidados y el control de las recaídas. Proyecto que está ultimando el Servicio de Salud Mental y la dirección del Complejo Hospitalario.

El problema es que un 50% de los bipolares no está diagnosticado correctamente y no llega a atención especializada, y un 25% ni siquiera solicita atención médica en Primaria.

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