Con cara de evidente tristeza casi general y un ambiente desangelado en las calles, concluyó ayer la Semana Santa de Hellín en la que, por parte de la Asociación de Peñas de Tamborileros volvieron a convocar una nueva tamborada en balcones, terrazas, ventanas y patios, que no tuvo gran aceptación.
La idea era la de conseguir, por segundo año consecutivo y pese a la pandemia del coronavirus, que «los tambores no callen» y por eso se hizo un llamamiento previo para tres tamboradas: la del miércoles por la tarde (entre las 17 y las 17,20 horas), Viernes Santo a las 11 y en la mañana de ayer desde las 10,45 «para rememorar un momento cumbre de nuestra tamborada de Sábado Santo y el silencio del Encuentro». Por esa razón se pedía que entre las 10,55 y las 11 se guardara silencio, para reiniciar los redobles con el típico racataplá entre las 11 y las 11,10 horas, «siempre desde los domicilios y en memoria de las víctimas y damnificados por la pandemia y en reconocimiento de quienes nos cuidan».
Y hasta las cero horas del día de hoy continúa abierto el plazo para enviar fotografías o vídeos (de no más de 30 segundos) de todos los niños y niñas de Hellín y pedanías, que cursen este año hasta cuarto de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).