En el medio rural, una linde es algo casi tan sagrado como las tablas que Dios le entregó a Moisés en el Monte Sinaí. Mover un mojón o situarlo de forma incorrecta es algo que puede provocar las peores calamidades, como han comprobado en sus propias carnes el Ayuntamiento de Yeste y los propietarios del hotel de esta localidad serrana.

Una disputa sobre la titularidad de una casa forestal entre la Corporación y los dueños del establecimiento sacó a la luz un amojonamiento incorrecto que se hizo nada menos que en los años 50 del siglo pasado. A resultas de este deslinde mal hecho, la mitad del terreno donde se halla el hotel consta como terreno de monte público.

Esta situación, a su vez, ha provocado que tercie en este conflicto un tercero, la Consejería de Agricultura. El embrollo resultante, causado por un error del que ninguna de las tres partes es responsable, ya ha causado perjuicios muy reales, pues los propietarios han optado por echar el cierre y despedir a la plantilla, de 10 personas.

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