Jesús Fuentes

ÁNGULOS INVERTIDOS

Jesús Fuentes


En punto crítico

01/10/2021

En el mes de junio de hace dos años, desde la estación neomudéjar de Toledo se podía ver una columna de humo por el oeste. ¿De dónde? Tal vez un incendio menor como había sucedido otras veces. Esta vez, no. El humo provenía de un fuego feroz en el denominado paraje de Montesión, aunque su labor destructiva continuaría mucho más allá. Entre 1300 y 1500 hectáreas de magnifico bosque Mediterráneo serían calcinadas. Quienes conocían el lugar – pocos en relación con la avalancha posterior, sobre todo de bicicletas y motos todoterreno que han destruido definitivamente los caminos – sabían que aquel era un espacio privilegiado a poca distancia de Toledo. Un pulmón verde natural que contrastaba con la aridez de otros puntos cardinales de la ciudad. El temor, silencioso o expresado, era que ese lugar terminara víctima de los delirios de un pirómano accidental o la despreocupación ordinaria de alguien cercano. Lo que no se podía sospechar era la voracidad del incendio que compitió en destrucción con otro simultáneo en Almorox y con las dificultades de los expertos para acabar con el fuego.
Han pasado dos años de aquel incendio que desalojó de sus casas a muchos vecinos de las urbanizaciones colindantes. Imagino que en este verano de incendios igual de feroces y ahora con los desastres volcánicos de La Palma entenderán mejor los sentimientos de desesperación, de fatalidad y de incertidumbres de quienes han perdido sus propiedades y vidas. La experiencia propia incrementa la fraternidad de quien padece algo similar. Han pasado dos años y algunos de aquellos árboles reviven desde sus raíces. Otros, demasiados, nunca surgirán. El paraje ha llegado ese punto crítico entre la desertización de futuro y el surgimiento controlado de un nuevo bosque. Dependerá de la atención que se le preste. Si se le deja a su suerte, no lo duden, desaparecerá. No sé cómo, pero ocurrirá. Si se reforesta con especies autóctonas, se trata con mimo y se le cuida ese nuevo bosque será posible. El futuro, miren por dónde, depende de nosotros. Es nuestra responsabilidad ciudadana. Y de quienes tienen en sus manos en estos momentos la capacidad de regenerar un bosque excepcional o su abandono como tantas veces ha ocurrido en las tierras de Toledo. En asuntos de medio ambiente hemos sido más bien dejados.