"Queremos que la Odontología llegue a todo el mundo"

A.M.
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María Dolores Cuenca, médica estomatóloga, es la fundadora de la clínica dental solidaria, que acaba de cumplir cinco años de andadura ayudando a los más vulnerables y sin recursos de la ciudad

María Dolores Cuenca posa sentada en un sillón de Odontología. - Foto: Arturo Pérez

Es una mujer comprometida y solidaria, de esas personas que vuelcan su vida en los más vulnerables, los más excluidos. Siempre ha tratado de aprovechar sus conocimientos y lo que su profesión le ha aportado para luchar contra la injusticia social. Mientras ejerció como médica estomatóloga en su clínica dental de Albacete, viajó en reiteradas ocasiones al África subsahariana, concretamente a Togo, para realizar intervenciones en la boca y distribuir antibióticos entre una población sin asistencia bucodental. Este humanismo intrínseco en María Dolores Cuenca Losa la encaminó hacia la apertura de la clínica Odontología Solidaria en Albacete, que acaba de cumplir sus primeros cinco años de vida, un aniversario que casi coincide con la conmemoración del Día Internacional de la Salud Bucodental.

¿Por qué se inclinó por el estudio de la Odontología?

Yo soy médica estomatóloga, de los pocos que quedan ya, porque cuando yo accedí a la universidad, primero tenías que estudiar la carrera de Medicina y luego la especialidad de Estomatología durante dos años más. Más tarde se implantó directamente la carrera de Odontología. Mis padres tenían unos amigos, el médico del pueblo y un anestesista, que me decían que tenía que ser odontóloga porque era una profesión con muchas salidas. Yo quería hacer algo de cirugía, porque me gustaba trabajar con el cuerpo. Y les hice caso.

¿Arrepentida?

No, acertaron, porque creo que con los años esta profesión se ha humanizado mucho. Antiguamente existía una opinión equivocada sobre los odontólogos, creían que se ganaba mucho dinero.

¿Y no es así?

No, ya no, porque hay una competencia brutal. Ahora un odontólogo recién licenciado es muy difícil que abra su propia clínica, porque se necesita una fuerte inversión. Yo tuve que pedir un préstamo en el banco para poder empezar. El 90% de los que lo hacen es porque sus padres ya tienen clínica, la mayoría tienen que ser autónomos para trabajar con varias de ellas o ser contratados por cuenta ajena.

En febrero de 2016 se inauguró en Albacete la clínica Odontología Solidaria, perteneciente a una fundación, a través de la cual se realizan tratamientos bucodentales a personas en situación de vulnerabilidad o en riesgo o situación de exclusión social. ¿Cómo surge esta iniciativa?

Odontología Solidaria surgió en el año 1994 por un grupo de dentistas que, animados por una profesional de Menorca con inquietudes por atender a las personas más desfavorecidas, se reunió en esta isla para acordar la creación de una fundación, a través de la cual se pudiera mejorar la salud oral de los colectivos más vulnerables. Yo soy una persona de fe, con inquietudes solidarias, y creo que he venido a este mundo para ayudar a los más necesitados. Durante bastantes años estuve viajando a África como odontóloga, en algunos de esos viajes incluso acompañada por mis hijos, uno de ellos odontólogo y otro auxiliar. Hacíamos lo que podíamos porque allí no tenían recursos ni materiales, llevábamos desde aquí los antibióticos y teníamos que contar las pastillas para poder llegar al mayor número de personas posibles. Allí he visto muertos como consecuencia de las enfermedades de la boca. Ojeando una revista leí la existencia de la Fundación Odontología Solidaria, me puse en contacto con ella y me desplacé a Valencia varias veces para conocer el funcionamiento de la clínica. Hablé con el presidente del Colegio Oficial de Odontólogos de Albacete, Ismael Tárraga, que me ofreció todo el apoyo de la entidad y nos ayudó a buscar un local para poner en marcha la iniciativa en esta ciudad.

¿A cuántos pacientes han podido atender en este primer quinquenio de funcionamiento?

Con toda probabilidad han pasado por aquí más de 7.500 personas, entre niños y adultos. La clínica realiza una media de 30 a 35 intervenciones a la semana a todos aquellos pacientes que nos derivan de los servicios sociales y de entidades como Cáritas Diocesana y Cruz Roja.

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