Ellos también cuentan y también pueden. Infancia y juventud están obligadas a corresponsabilizarse en la toma de decisiones y de acciones que frenen las nefastas consecuencias de un cambio climático que ya está perjudicando a nuestro planeta.

Una de las mejores herramientas para la concienciación es la visibilización de los problemas para así llegar al desarrollo de una serie de medidas dirigidas a cuidar y preservar el medio natural. Y quizá lo más efectivo es poder ejecutar estas soluciones mitigadoras en el entorno más cercano, es decir, en el centro educativo.

Desde hace una década, Diputación Provincial y Junta de Comunidades están coordinando la Agenda 21 Escolar, un grupo que cuenta ya con 41 centros educativos que en cada curso escolar plantean la detección y diagnóstico de las carencias ambientales que puedan tener, reflexionan sobre la propuesta de acciones y se comprometen al desarrollo de las mismas.

El objetivo de la Agenda 21 Escolar no es otro que mejorar la sostenibilidad de los centros, innovar en el currículo y enriquecer al alumno desde un punto de vista pedagógico, pues trabaja las mismas variables que contienen los libros pero en contextos reales de aprendizaje, al tiempo que fomenta también la participación e implicación del alumnado y sus familias en los centros educativos.

Fue en 2011 cuando Albacete entró a formar parte del programa estatal Escuelas hacia la Sostenibilidad en Red (EsenRED), integrado en la actualidad por centros educativos de 10 comunidades autónomas y de las provincias albacetense y de Palencia, grupo que celebra un encuentro nacional bienal que este año llegó a Alcaraz, después de pasar por Vitoria, Barcelona y Logroño.