Los tenderos de la resistencia

MAITE MARTÍNEZ BLANCO
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Los comerciantes de los dos mercados municipales piden que se rebaje el canon de entrada para facilitar que los puestos cerrados suban la persiana

Pedro López, junto a su mujer, en la frutería que regenta en Carretas. - Foto: Andrea Merino Santamaría

Dos mercados de barrio han sobrevivido en la ciudad albacetense, que tuvo otros zocos comerciales que no llegaron a adaptarse a estos nuevos tiempos de barrios invadidos por supermercados y la nueva creciente ‘amenaza’ del comercio online. Hablamos de los mercados de Carretas y Villacerrada. Su supervivencia no es fácil, sin ir más lejos en Carretas solo quedan tres puestos abiertos. 

Desde el Ayuntamiento de Albacete, la que ha sido concejal de Mercados y Abastos en los últimos años, Rosa González de la Aleja, asegura que la apuesta municipal  hasta ahora ha sido «echarles una mano» para «facilitar el comercio tradicional que allí se genera y que da vida a los barrios». «Otros ayuntamientos -dijo González de la Aleja- optaron en la crisis por privatizar la gestión de sus mercados, pero nosotros no, lo que tratamos es de revitalizarlos». En esta línea, añadió, se remodeló Carretas para llenar el sótano de actividades de restauración. 

No obstante, la concejal popular, ahora en funciones, admitió que quizás la nueva corporación deberá plantearse modificar el reglamento de acceso a los mercados para facilitar que los puestos que están cerrados sean ocupados. «El sistema actual hace un poco difícil la entrada, aunque el alquiler es factible, el hecho de tener que pagar un canon que se suma a lo que ya cuesta montar un negocio, complica que entren nuevos concesionarios», admitió  la concejal. 

El canon de entrada está fijado en 1.000 euros el metro cuadrado en el Mercado de Villacerrada y los 3.773 euros para un puesto de frutas en Carretas y 5.075 euros si es de carnes o pescado. 

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