Nicolás Maduro juega al despiste

SPC
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Las elecciones supervisadas en 2020 se negocian en Barbados, mientras el chavismo exige el levantamiento de las sanciones y la oposición demanda la liberación de los presos políticos

Nicolás Maduro juega al despiste - Foto: HANDOUT

El objetivo fundamental de los encuentros iniciados el pasado mayo en Noruega y esta semana en Barbados fue el de lograr unas elecciones en 2020, preferiblemente antes de vencer el primer cuatrimestre de ese año. Es más, construir un cronograma electoral claro que genere compromisos institucionales pues para los mediadores el asunto es «urgente», especialmente después del informe sobre la situación de derechos humanos de la Alta Comisionada de Naciones Unidas, Michelle Bachelet. La ruta electoral que pudiera plantearse para permitir una transición política podría ser sin Nicolás Maduro como candidato. 

Esos comicios tendrían que ser observados e incluso supervisados por instancias internacionales durante todo el proceso.

La delegación de Maduro no reaccionó ante la idea, pero tampoco cerró la posibilidad de que una candidatura chavista se concrete con Diosdado Cabello, su segundo hombre fuerte y quien encabeza la asamblea constituyente, o el gobernador Héctor Rodríguez, protegido de Hugo Chávez y figura joven que apela a posiciones moderadas. Fue ayer cuando el mandatario de la Asamblea Constituyente aseguró que no habrá un adelanto de elecciones presidenciales, previstas para 2024, en respuesta a las conversaciones entre el Gobierno y oposición en Noruega y Barbados.

La delegación de Maduro accedería a adelantar las elecciones presidenciales bajo un Consejo Nacional Electoral (CNE) completamente renovado a cambio de que el líder opositor Juan Guaidó convenciera a sus aliados internacionales de que retiraran las sanciones contra funcionarios chavistas, así como mejorar la situación de la industria petrolera. También, plantearon que el gobernante se mantenga al frente del Estado hasta que surja un ganador de la puja electoral; es decir, que no haya el «cese de la usurpación» que reclama Guaidó.

Por su parte, Maduro subrayó que en Barbados se han acordado seis puntos con «las oposiciones» y el Gobierno de Noruega, quien «nos pidió discreción al momento de ventilar la información», señaló.

Mientras, la oposición solicitó la liberación de los presos políticos, aunque el Gobierno respondió que muchos encarcelados están procesados por delitos comunes. Una propuesta hecha por los opositores es delegar en la misión que dejó Bachelet en Caracas el estudio de cada caso, en base a los delitos imputados, así como las condiciones de arresto y de cautiverio.

De forma oficial solo se sabe que la ronda de contactos en Barbados se desarrolló entre el lunes y el miércoles pasado con un Maduro «muy optimista» y un Guaidó reacio a asumir este diálogo como único «mecanismo» para salir de la crisis. 

Mesa permanente

Por su parte, el gobernador del Estado venezolano de Miranda, Héctor Rodríguez, quien participó en el diálogo entre Gobierno y oposición en Barbados, aseguró ayer que ambas partes han acordado instalar una mesa de negociación «permanente». Rodríguez señaló que a pesar de «una cronología nada positiva para el historial de la oposición», se pactó «instalar la mesa de manera permanente» y la «voluntad de trabajar juntos por la paz». «Tengo la percepción de que los venezolanos llegarán a un acuerdo de paz, de gobernabilidad dentro del juego democrático donde nos reconozcamos mutuamente», afirmó, aunque el «camino no va a ser sencillo», añadió. 

Entretanto, más de cuatro millones de venezolanos han abandonado el país en los últimos años a causa de la crisis humanitaria.