«No entiendo que la maternidad se pueda subrogar»

A.D.
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El ciclo La Historia no contada abordó en la Casa de Cultura José Saramago el tema de la usurpación de la maternidad, con Ángeles Álvarez, portavoz de la Red estatal contra el alquiler de vientres, (Recav), activista feminista

Ángeles Álvarez. - Foto: Rubén Serrallé

¿Son útiles ciclos como éste, que organiza el Ayuntamiento de Albacete?

Sirven para tomar conciencia, que creo que es algo muy importante. Conocer el papel que las mujeres han jugado en la sociedad y cuáles han sido los instrumentos coercitivos que se han utilizado para tener a las mujeres en un papel secundario, me parece fundamental. El primer paso para reivindicar la igualdad, es la toma de conciencia. 

¿La maternidad subrogada terminará imponiéndose?

Para empezar, yo no reconozco el término. En realidad, de lo que estamos hablando es del alquiler de mujeres con fines reproductivos. No entiendo que la maternidad se pueda subrogar. Uno de los principales problemas es cómo el neolenguaje se ha filtrado, en la política en general, y en lo que tiene que ver con el dibujo de reivindicaciones, fundamentalmente vinculadas el neoliberalismo, que están utilizando terminología que trata de hacer amable lo que de amable no tiene nada. Aquí de lo que hablamos es del alquiler de mujeres para que gesten hijos para terceros bajo unos contratos que son leoninos, que demandan la renuncia a la filiación de los hijos que las mujeres gestan y paren. 

Hablamos de un sistema de explotación que se está convirtiendo en una industria para la explotación reproductiva de la mujer. 

¿Es cuestión política?

Evidentemente, pensamos que no todo vale. Los deseos no pueden ser objeto de derechos. Hay una pelea política  en la que hay un sector que reclama que el cuerpo de las mujeres es un bien de uso colectivo y las feministas lo que estamos diciendo es que el cuerpo de las mujeres no es un bien de uso colectivo, por tanto nuestros cuerpos no pueden ser objeto de comercio o transacción.  

¿Hay gobiernos y partidos que permiten este tipo de prácticas?

Gobiernos no hay tantos, son muy pocos los países que tienen una legislación que permita esta práctica. En todo caso, España la tiene prohibida en su Ley de Reproducción Humana; el debate es una pelea política. 

Ese debate de fondo es si efectivamente, el cuerpo de las mujer puede ser utilizado por terceras personas para satisfacer sus deseos, que no sus derechos. Aquí no hablamos de donaciones, hablamos de personas que para satisfacer sus deseos de maternidad o paternidad están dispuestos a hacerlo a costa que lo que sea.  Ahora lo que cabe es explicar a las sociedad qué hay detrás del alquiler de mujeres.  No podemos tener una práctica prohibida por las leyes que se esté publicitando  en los medios de comunicación. Lo que hemos hecho es preparar un catálogo con cuatro reivindicaciones. 

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