Muchos de los ciudadanos que depositarán mañana su papeleta para elegir a sus concejales no serán conscientes de que con su voto también van a elegir a sus diputados provinciales. Lo cual no resulta demasiado extraño, porque estos cargos se eligen a través de un sistema indirecto que, incluso para los iniciados, resulta bastante complicado de explicar.

Sin embargo, en una provincia como Albacete, donde hay un desequilibrio tan profundo entre el medio urbano y el medio rural, la elección de los miembros de la Diputación es un asunto de la mayor importancia, porque del ‘Ayuntamiento de Ayuntamientos’ dependen numerosos proyectos y programas que, sin su ayuda técnica y económica, serían inalcanzables para los municipios de menos de 1.000 habitantes, que por aquí son la gran mayoría.

Así que, por complicado y opaco que resulte, merece la pena saber cómo se eligen los diputados que decidirán sobre la gestión de una institución que, este año, maneja un presupuesto de más de 118 millones de euros, y de la que dependen Organismos Autónomos, Institutos, Patronatos y Fundaciones que suman, entre todos, una plantilla de 1.000 personas.

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