Sobrevivir en medio del Covid a la falta de hogar

T.R
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Durante el 2019, Cáritas Diocesana de Albacete atendió en la provincia a 167 personas Sin Techo, a los que prestó atención inicial, ofreció alojamiento o cubrió sus necesidades básicas

Técnicos de Cáritas, con su secretario general a la cabeza, protagonizaron la acción de protesta.

Con motivo de la celebración el próximo domingo del Día de las Personas Sin Hogar, Cáritas Diocesana ha salido a la calle para hacer visible la realidad que viven estas personas en medio de la realidad actual de crisis sanitaria por la pandemia. En opinión de esta organización esta celebración ha puesto a la luz la realidad de muchas personas sin hogar o que viven en infraviviendas, lugares poco salubres y dignos para poder vivir con cierta seguridad y para quienes resulta toda una utopía poder adoptar las medidas de prevención y distanciamiento decretadas por las autoridades sanitarias.

Así bajo el lema No tener casa mata, Cáritas Diocesana ha querido llamar la atención de los poderes públicos y de la ciudadanía sobre los efectos que la falta de una vivienda adecuada supone para miles de personas y familias. En Castilla-La Mancha se estima que cerca de 97.000 personas viven con la incertidumbre de quedarse sin vivienda, y el 10% de la población vive bajo el umbral de la pobreza severa una vez descontados los gastos o deudas relacionadas con el pago de la vivienda y los suministros de la misma.

Ante el agravamiento de la vulneración del derecho humano a la vivienda en tiempos de Covid-19, donde algunos derechos se fragilizan aún más, Cáritas da un paso más en la reivindicación que se viene impulsando en los últimos años para exigir que se garantice el derecho humano a la vivienda y apelar al conjunto de la sociedad a preguntarse cómo se sienten sin vivienda y sin protección las personas sin hogar. Una denuncia a la que se sumaron ayer agentes de Cáritas que participaron a las puertas de la organización en un acto que se ha celebrado simultáneamente en otras capitales del país. Un flashmob para visibilizar esta realidad de exclusión y hacer una apuesta porque la persona viva con dignidad, en un hogar propio, permanente y en paz.

Durante el pasado año Cáritas Diocesana atendió en la provincia a 167 de personas Sin Hogar a las que prestó atención inicial, alojamiento o cubrió sus necesidades más básicas. En la provincia este apoyo se realiza a través de las Cáritas Interparroquiales de Caudete, La Roda, Almansa, Villarrobledo y Hellín. En la capital se trabaja con este colectivo, junto a otras organizaciones, a través del programa Café Calor, en el que voluntarios de la institución acompañan a personas que están en la calle.

Sin embargo, este programa se suspendió en marzo con la llegada de la pandemia del coronavirus y de momento, por razones lógicas de seguridad y prevención de nuevos contagios no se ha retomado, según informaron desde Cáritas Diocesana.En cambio, se mantiene la actividad con este colectivo en la provincia a través de las Cáritas Interparroquiales, al haberse agravado las necesidades.

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