La Sección Segunda de la Audiencia Provincial acoge esta mañana la segunda sesión del juicio contra el policía local acusado de acabar con la vida de Jairo Roland Arcos, en la que el agente ha admitido que tenía un problema de adicción a la cocaína y que Jairo era su proveedor. También ha manifestado que el día de los hechos quedó con él para pagarle 1.900 euros que le debía de la cocaína que le había pasado para la Feria, pero que Jairo o Willy, como lo llamaba él, le había pedido que le dejara 3.000 euros. Como él no tenía ese dinero, le propuso ir a su garaje para mostrarle algunos electrodomésticos por si quería llevárselos y venderlos, pero una vez en el trastero Willy cambió de opinión y dijo que quería dinero y que ya sabía donde vivía y que si no se lo daba se atuviera a las consecuencias. Eso provocó al acusado un miedo insuperable por si le hacía algo a su familia, por lo que según explicó cogió un atizador que había en el trastero y le golpeó, pero sin intención de matarle. Sin embargo, el golpe que iba dirigido al hombro, impactó a Jairo en la cabeza, puesto que, según explicó el policía local, se agachó para protegerse del golpe.